Crisis educativa
La Fundación para la Educación Ricardo Ernesto Maduro Andreu (FEREMA) publicó esta semana un informe que refleja el estado calamitoso del sistema educativo de Honduras, a pesar de las inversiones que, aunque sean pocas, se hacen anualmente en ese sector.
El Informe sobre Progreso Educativo Honduras 2022 (IPEH) establece que en el último quinquenio la educación en el país retrocedió en temas como la cobertura, las desigualdades sociales, la eficiencia educativa, el financiamiento, pero también, y más grave, que el sistema se mantiene estancado respecto a la baja calidad del aprendizaje, la transparencia, la rendición de cuentas, la gobernabilidad y la formación docente.
Señalan, además, que los niveles de aprendizaje que alcanzan los estudiantes en el país muestran un marcado atraso respecto al promedio regional, de tal manera que un estudiante hondureño evidencia dos años de atraso académico respecto a los alumnos costarricenses y tres años en relación con los chilenos.
Muchos dirán que los hallazgos no son nuevos, pero en descargo, diremos que es importante que instituciones nacionales señalen periódicamente a las autoridades educativas las cifras que, aunque dramáticas, deben servir para replantearse las políticas públicas, y que las mismas se encaminen a recomponer el sistema en favor de los niños, las niñas y los jóvenes que tienen en la escuela pública la única oportunidad de educarse y soñar con una formación académica que les permita algún día romper las cadenas de la pobreza en la que nacieron.
Estos documentos deberían entonces ser referentes permanentes de aquellos a quienes se les ha dado el privilegio de dirigir el sistema educativo, para que trabajen en reducir la inequidad prevaleciente en nuestro sistema de enseñanza