“Desintegración familiar y formación influyen” para que mujeres terminen presas
Situación La directora de Cefas, Erika Rodríguez, dijo que en su centro penitenciario las mujeres salen listas para reinsertarse en la sociedad gracias a los conocimientos que aprenden
La subcomisaria policial Erika Rodríguez, quien asumió la dirección del Centro Femenino de Adaptación Social (Cefas) a inicios de mayo pasado, consideró que son dos los factores que han provocado que las mujeres ingresen en mayor cantidad a la cárcel.
La desintegración familiar y la formación que dan los padres a los hijos son, para la directora de Cefas, los detonantes del repunte de la criminalidad femenina en Honduras.
Afirma que en su gestión Cefas tendrá un antes y un después, pero todavía necesita conocer las anomalías que, con base en eso, le permitirán trabajar en concreto.
Destacó que en
Cefas la de las reclusas salen con conocimientos que no tenían antes de ser privadas de libertad, como la costura, la panadería y formación profesional en varias áreas.
A continuación, las respuestas de Rodríguez en una entrevista con EL HERALDO Plus.
¿Considera que las mujeres que salen de las cárceles de Honduras logran reinsertarse en la sociedad?
Sí se cumple con la reinserción porque la mayoría de las reclusas aprenden, por ejemplo, a hacer pan, a costurar, y cuando salen ponen su pequeña empresa, se vuelven personas útiles para la sociedad. Y lo más importante es que otras conocen de Dios en la cárcel y hasta cursan sus estudios profesionales. Realmente que las reclusas que no aprenden es porque no quieren.
¿Por qué cree que en los últimos años ha crecido el ingreso de mujeres a las cárceles?
Me parece a mí, pero podría estar equivocada, que la desintegración familiar es el principal problema. Considero que no es tanto la falta de empleo o las falencias gubernamentales, también es mucho más por la formación que dan los padres a los hijos. Los padres repercuten directamenmayoría te en los hijos, por lo que los buenos ejemplos son vitales.
¿Es bueno o es malo el sistema penitenciario de Honduras?
Generalmente ha sido bueno, pero pretendo que bajo mi gestión mi centro pueda mejorar mucho más. Y hablando de todo el sistema, yo he visto un cambio porque el director (Otoniel Castillo) tiene muchas ideas y estrategias. Pero lo que sí se necesita es mejorar la infraestructura de los centros penales porque son pequeños.
El sistema penitenciario está cumpliendo con reinsertar en la sociedad a las mujeres que salen de las cárceles por los conocimientos que aprenden mientras cumplen con sus condenas. Realmente las que no aprenden son porque ellas no quieren”.
¿Cómo mejorar la situación de las mujeres en el sistema penitenciario de Honduras?
Implica cumplir con los requerimientos de los jueces, de las citas médicas, de psicología y cumplir con los derechos humanos. Cada día hay que ir resolviendo de mejor manera los problemas que vayan sur- giendo porque los casos son diferentes. Pero también se puede planificar proyectos a largo plazo para el bien de las muchachas.
Bajo su administración, ¿cuál será el antes y después de Cefas?
Es necesario tener más tiempo para poder ir detectando ano- malías para que, conforme a eso, uno puede ir implementando sus cambios porque cada mando es diferente. La gestión anterior tiene su forma, yo tengo la mía.
¿Qué iniciativas planea aplicar en Cefas?
Ampliar los talleres a otras áreas. Por ejemplo, tenemos pendiente inaugurar una sala de belleza en julio, hay un proyecto de una maquila para que las muchachas hagan los uniformes para las escuelas y también habrá un taller de cocina. Todo esto lo estamos logrando con el apoyo de las autoridades gubernamentales y del Instituto Nacional Penitenciario.
¿Cómo hacer para que las reclusas puedan realizar actividades recreativas? Hemos hablado con el señor ministro (secretario) de Seguridad (Ramón Sabillón) para ver si se pueden edificar canchas de fútbol, de basquetbol o, en el mejor de los casos, que se haga un polideportivo porque sabemos que es algo necesario.
¿Cómo es su relación con las privadas de libertad? Tienen que haber límites porque yo estoy para el orden, pero todo tiene que ser en el marco de los derechos humanos. Soy consciente, sin embargo, que tengo que hacer de todo, desde psicóloga hasta enfermera.
¿Cómo ganarse la confianza de las reclusas? Escuchándolas, porque solo con eso ya es mucho para ellas porque están solas y muchas se sienten desprotegidas.
¿Cuál es su estrategia para lidiar con las reclusas agresivas y esquivas? Teniendo empatía, sabiéndoles llegar con mucho tacto, mostrarse como que soy yo la amiga de ellas, que sepan que no solo estoy para la guardia y custodia.
¿Está preparada por si ocurre una reyerta o un incendio, por ejemplo? Claro que sí. Tenemos nuestro protocolo y tenemos un grupo de reacción listo para cualquier eventualidad. Si pasa algo, ellos son los primeros en saberlo y son los primeros en ayudarnos