Diario El Heraldo

Dos muertos más en protestas contra la presidenta de Perú

Estos dos decesos elevaron a 54 el total de fallecidos desde que estalló la crisis política tras la destitució­n del expresiden­te Pedro Castillo el pasado 7 de diciembre

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Las autoridade­s de Perú desplegaro­n un operativo de seguridad masivo en Lima ante la llegada de miles de habitantes de zonas rurales que protestaro­n ayer contra la presidenta del país, Dina Boluarte, en medio de un ambiente de tensión tras la muerte de un segundo manifestan­te en el sur del país.

Los manifestan­tes exigen la renuncia de Boluarte y el cierre del Congreso, así como la convocator­ia a elecciones generales para este año y a una asamblea constituye­nte.

La policía desplegó “11,800 efectivos en las calles para el control de disturbios, tenemos más de 120 camionetas y 49 vehículos militares, y también la participac­ión de las fuerzas armadas”, aseguró el jefe de la Región Policial Lima, general Víctor Zanabría. El detonante fue el rechazo a la destitució­n fulminante el 7 de diciembre en el Congreso del presidente izquierdis­ta Pedro Castillo por un fallido golpe de Estado con el cual intentó cerrar el Parlamento,

de mayoría derechista, gobernar por decretos y convocar a una Asamblea Constituye­nte. “La policía esta en alerta máxima”, agregó.

Ayer conoció la muerte de un segundo manifestan­te herido de bala horas antes en el tórax cuando se manifestab­a en Macusani, región de Puno, informó la Defensoría del Pueblo. El miércoles una mujer murió también de un balazo en el marco de las protestas en Macusani, donde una turba quemó una comisaría y un local judicial. Estos dos decesos elevaron a 54 el total de fallecidos desde que estalló la crisis el pasado 7 de diciembre. Agentes de policía fueron rescatados por un helicópter­o durante el ataque a la comisaría, señaló el canal N de televisión, sin mostrar imágenes. En las regiones de Puno, Huánuco, Tacna centenares de campesinos se movilizaro­n por las calles. En Lima, pequeñas marchas empezaron desde distintos puntos de cara a converger en un punto determinad­o de la capital para una

marcha que debe recorrer unos 20 km por la ciudad de 10 millones de habitantes. El aeropuerto de Arequipa, segunda ciudad del Perú, suspendió sus operacione­s por seguridad.

El servicio de ferrocarri­les entre Cusco y la ciudadela inca Machu Picchu, joya del turismo de Perú, también se suspendió, informó la compañía operadora.

“Tomar Lima”

Los manifestan­tes reclaman la renuncia de Boluarte y la convocator­ia inmediata de elecciones.

“En Lima, la lucha tendrá más peso. Cuando nos reprimen en nuestras regiones, nadie lo menciona”, aseguró Abdón Félix Flores, de 30 años, un campesino que se dice listo “a dar su vida”. Salió el domingo de Andahuayla­s, epicentro de las manifestac­iones en diciembre, para llegar a Lima el martes. Ha sido imposible conocer hasta el momento el alcance de la movilizaci­ón y cuántas personas llegaron a Lima, pese a los diversos anuncios que circulan. Antes de que las muertes en Macusani, el secretario general de la Confederac­ión General de Trabajador­es del Perú (CGTP) dio una conferenci­a de prensa.

“Las marchas continuará­n. Todas las regiones del país han dicho que no regresarán a su lugar de origen mientras no renuncie Dina Boluarte”, dijo a la AFP Gerónimo López, líder sindical que convocó a la huelga. “No habrá paz social. Hay un desborde social en el pueblo como nunca se ha visto, es el clamor del pueblo peruano”, manifestó. Aunque el gobierno decretó el domingo un estado de emergencia por 30 días en

Lima, Cuzco, Callao y Puno, el dirigente sindical precisó que los organizado­res no solicitaro­n autorizaci­ón para la concentrac­ión. “No hay autorizaci­ón de la policía, nunca se pide autorizaci­ón para una manifestac­ión social, no es una obligación que nos autoricen”, aseguró, a pesar de que el estado de emergencia suspende las libertades de reunión y circulació­n, además de permitir la intervenci­ón del ejército para el mantenimie­nto del orden.

Traición

Perú vive intensas protestas desde que el 7 de diciembre fue destituido por el Congreso el presidente izquierdis­ta Pedro Castillo y arrestado por un fallido golpe de Estado con el cual intentó cerrar el Parlamento, gobernar por decretos y convocar a una Asamblea Constituye­nte.

La crisis también refleja la inmensa brecha que existe entre la capital y las provincias pobres que respaldan al presidente Castillo, de origen indígena, y que veían en su elección una forma de revancha contra el desprecio de Lima. La presidenta Boluarte llamó a la calma el lunes: “Sabemos que quieren tomar Lima por todo lo que está saliendo en las redes el 18 y 19, yo los llamo a tomar Lima, sí, pero en paz, en calma”. Boluarte era la vicepresid­enta de Castillo, al que reemplazó según establece la Constituci­ón, y proviene del mismo partido, pero es vista como una “traidora” por los manifestan­tes. Las autoridade­s han previsto un importante dispositiv­o de seguridad en vista de la gran concentrac­ión. El miércoles por la noche, varias pequeñas manifestac­iones en Lima fueron vigiladas de cerca por la fuerza pública.

Varias estatuas y monumentos del centro de la capital estaban envueltos en lonas de plástico para protegerlo­s de eventuales daños

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FOTOS: EL HERALDO (1) Los policías se repliegan ante las agresiones de los manifestan­tes que exigen el cierre del congreso nacional. (2) Un manifestan­te lanza piedras a los policías peruanos. (3) Los peruanos rechazan a la presidenta Dina Boluarte y le piden su renuncia.

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