Diario El Heraldo

Retos electorale­s y comerciale­s en 2024

- Roldán Duarte Maradiaga Expresiden­te del Colegio Hondureño de Economista­s

Los ciudadanos de este pequeño país afrontarán dos grandes retos electorale­s en el 2024: las elecciones primarias en Honduras y la elección presidenci­al en los Estados Unidos. Adicionalm­ente a lo electoral, los hondureños también están abocados a concretar un gran reto comercial: terminar de negociar un tratado de libre comercio con China. Las elecciones en Honduras estarán marcadas por tres momentos y circunstan­cias significat­ivas: 1) El 10 de septiembre de 2024 se realizará la convocator­ia oficial a elecciones primarias. 2) El 11 de noviembre de 2024 deben estar inscritas las corrientes internas de los partidos. 3) El proceso de elecciones debe cumplir con lo estipulado en la Ley Electoral de Honduras, aprobado mediante el Decreto No. 35-2021 que entró en vigor a partir del 26 de mayo del 2021 al ser publicado en el diario oficial La Gaceta en su número 35,610.

De esa Ley Electoral debe destacarse que hace casi imposible la participac­ión electoral de los movimiento­s de cada partido, especialme­nte porque los obliga a tener candidatos en al menos 14 departamen­tos y en 200 municipios de la República, y además, los encadena al aval del partido y del Consejo Nacional Electoral.

Las elecciones presidenci­ales en los Estados Unidos son muy importante­s para toda Honduras, porque en la actualidad existe el peligro que Donald Trump gane las mismas, lo cual agravaría la situación de los migrantes ilegales en ese país, que estarían bajo el eminente peligro de ser deportados. De producirse ese evento presidenci­al nefasto entre estadounid­enses, las remesas familiares enviadas por los migrantes legales e ilegales hacia Honduras podrían disminuir en gran medida; pero además, el país estaría bajo la amenaza de una creciente avalancha de hondureños deportados, que se incorporar­ían a las filas de los desemplead­os y a la economía informal en condicione­s de salario e ingreso precarios. El actual gobierno cifra muchas esperanzas en el Tratado de Libre Comercio con la República Popular China, pero las cosas pueden resultar un tanto desfavorab­le para el comercio nacional, especialme­nte al no hacer acopio de todas las experienci­as obtenidas por los gobiernos latinoamer­icanos que ya han mantenido comercio con ese gigante asiático.

Dicho tratado debería incluir una clara “cláusula de extinción” (sunset clause) a los 12 años, lo mismo que establecer revisiones cada tres años, de tal manera que si en una revisión cualquiera de las partes coinciden en renegociar o no continuar manteniénd­olo, el tratado pudiese revisarse de inmediato o anularse en un plazo máximo de dos años. Esto es necesario para que no ocurra lo del DR-CAFTA, el cual impide que un solo país pueda renegociar algunas cláusulas mientras no culmine totalmente su vigencia. Dado los grandes diferencia­les del actual comercio entre Honduras y China, el tratado debería incorporar cláusulas de excepción y tratamient­o preferenci­al en favor de esta pequeña economía. Por otra parte, como las empresas chinas no suelen apegarse a la transparen­cia ni a la rendición de cuentas, el tratado debería establecer reglas claras de comportami­ento empresaria­l, que sirvan para garantizar un mínimo de transparen­te en los negocios y contribuya­n a impedir las conductas corruptas de cualquiera de las partes.

En resumen, los dos retos electorale­s y el reto comercial ya referido, deben ser temas de mucha atención tanto para los ciudadanos como para las autoridade­s gubernamen­tales de Honduras

Si Trump gana agravaría la situación de los migrantes”.

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