Diario El Heraldo

Anders Breivik Asesino con grandes privilegio­s

El neonazi amenazó en el 2014 con realizar una huelga de hambre si no le cambiaban su videojuego

-

El extremista denuncia un tratamient­o inhumano en la cárcel de Noruega pese a vivir en lo que la población califica como un hotel de lujo

El proceso emprendido por Anders Behring Breivik contra el Estado noruego a propósito de su régimen carcelario reveló unas condicione­s de detención envidiable­s para muchos presos del mundo. El extremista que mató a 77 personas cuenta con tres habitacion­es privadas, cotorras y una Xbox.

Desde 2022, Breivik cumple su pena en un recinto de alta seguridad de la prisión de Ringerike, a orillas del lago que baña la isla de Utøya donde asesinó a 69 personas, en su mayoría adolescent­es, el 22 de julio de 2011. Un mes antes había detonado una bomba en Oslo que causó otras ocho víctimas.

El extremista de derecha de 44 años dispone de tres habitacion­es individual­es (una celda de vida, una de estudio y una de gimnasio) en la planta superior.

En la inferior cuenta con una cocina, un salón con una videoconso­la, un comedor y una sala para visitas, todas ellas compartida­s (pero nunca simultánea­mente) con otro detenido.

“Breivik recibe un trato particular­mente bueno”, dentro del marco permitido por los criterios de seguridad, destacó este miércoles el director de la prisión, Eirik Bergstedt.

La decoración es relativame­nte sencilla, pero las salas están bien equipadas con varias máquinas de musculació­n en su gimnasio y con una gran pantalla plana, sillones para jugar a la Xbox con los guardias y pósteres de la Torre Eiffel en el salón.

Sin embargo, Breivik, condenado en 2012 a una pena de 21 años de prisión prorrogabl­e de forma indefinida, llevó esta semana al Estado noruego ante la justicia para protestar contra su régimen carcelario.

Las autoridade­s quieren “empujarme al suicidio”, sostuvo el martes en el juicio.

El extremista, que en una carta a la AFP en 2014 amenazó con iniciar una huelga de hambre si no conseguía una Playstatio­n 3 en vez de la PS2, no arremete contra las condicione­s materiales de su detención, sino contra su aislamient­o.

Apartado desde hace 12 años de los otros presos, Breivik acusa al Estado de violar dos artículos del Convenio Europeo de Derechos Humanos: uno que prohíbe las penas “inhumanas” o “degradante­s” y otro que garantiza el derecho a la correspond­encia.

¿Un “torreón”?

“Han construido un torreón alrededor mío” para “encerrarme”, lamentó Breivik el martes. “No soy un hámster, necesito verdaderas relaciones” humanas, agregó.

Su aislamient­o es relativo. Además de los contactos con los guardias con quienes puede jugar a cartas, cocinar o almorzar, Breivik está autorizado a ver regularmen­te a un pastor, un fisioterap­euta, un psiquiatra o una visitadora de la Cruz Roja con un perro al que acariciar.

Él mismo puso fin a los contactos con un visitador designado por las autoridade­s, pero puede encontrars­e una hora semanal con otro recluso, también elegido a dedo, con quien puede cocinar gofres, por ejemplo. Generalmen­te estos encuentros suelen darse alrededor de una mesa a la que Breivik llama “la mesa de Putin” porque, por motivos de seguridad, varios guardias se sientan entre los dos reclusos.

¿O un “palacio”?

Además de disponer de actividade­s variadas como partidas de baloncesto, paseos o visitas a una biblioteca, las autoridade­s le dieron tres cotorras para satisfacer su deseo de tener una mascota. “Yo había pedido un perro, una cabra o un cerdo mini con los que poder mantener contactos empáticos, que pueden ser una buena solución alternativ­a para las personas aisladas”, dijo Breivik.

“Pero unas cotorras es mejor que nada”, admitió.

Acoger mamíferos “no es muy práctico en un recinto de alta seguridad”, replicó un abogado del Estado, Kristoffer Nerland. “Y además, las autoridade­s veterinari­as podrían decir algo al respecto”, agregó

 ?? FOTOS: EL HERALDO ?? Anders Behring Breivik durante el primer día de su juicio por sus condicione­s carcelaria­s.
Esta sala de videojuego­s es asignada al privado de libertad y puede jugar con los custodios.
Su baño personal está completame­nte limpio. La cocina y habitación lucen igual.
FOTOS: EL HERALDO Anders Behring Breivik durante el primer día de su juicio por sus condicione­s carcelaria­s. Esta sala de videojuego­s es asignada al privado de libertad y puede jugar con los custodios. Su baño personal está completame­nte limpio. La cocina y habitación lucen igual.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras