Ciudades de 15 minutos, una visión a futuro
Este tipo de conceptos, que nació en París pero que grandes ciudades desarrolladas han replicado, ayuda a descongestionar las zonas, protege el ambiente y evita el estrés del tráfico en los residentes
Paola Betancourt se levanta todos los días a las 4:00 de la mañana. Aunque la luz del sol todavía no ingresa por la ventana de su vivienda, debe acelerar el paso para que el tiempo le ajuste para llevar a su hijo, Mateo, a la escuela y, posteriormente, dirigirse a su centro de trabajo.
Betancourt no es la única que debe levantarse en plena madrugada para estar puntual en la escuela de sus hijos y llegar lo más rápido posible a su empleo, pues es la rutina diaria de la mayoría de personas que viven en las principales salidas de la capital.
El hijo de Paola, por ejemplo, entra a las 7:00 de la mañana a la escuela, pero invierte una hora con 20 minutos en el pesado tráfico de la salida al sur, tiempo que podría aprovechar para descansar un poco más. Con el congestionamiento vial es imposible.
En la larga cola de al menos cinco kilómetros lo único que se escucha es el motor de los automotores, el claxon permanece en silencio, no tiene sentido usarlo: el tráfico es la cruz que todos los vecinos de las zonas padecen.
La mayoría de los que transitan van para escuelas, trabajos y hasta realizar trámites en instituciones públicas. El tiempo de espera no solo representa mayor gasto de combustible, sino que afecta el estado anímico y hasta emocional de quienes sufren la larga espera.
Ciudades de 15 minutos
Pero, ¿qué pasaría si bancos, escuelas, centros de salud bien equipados e instituciones públicas de trámites usuales estuvieran a solo 15 minutos de donde reside?
Esta fue la pregunta que se hizo Carlos Moreno, urbanista y profesor en la Universidad La Sorbona de París, Francia, en 2016. Su inquietud pasó a ser una realidad, pues enormes ciudades lo ponen en práctica.
Según este urbanista, todos deberían tener acceso expedito a comercios, escuelas, servicios médicos, gimnasios, parques, restaurantes e instituciones culturales, lo que evitaría enfrentarse con atascos de tráfico o malos servicios de transporte para trasladarse a donde quieren ir.
Jorge Marulanda, arquitecto y urbanista colombiano que reside en Honduras, ve factible realizar un proyecto piloto de esta magnitud en el Distrito Central y compartió que ayudaría a reducir el tiempo de tráfico, sin embargo, el mismo debe ir acompañado de seguridad.
“Lo que me preocupa es la sensación de inseguridad que tenemos nosotros en nuestros países”, señaló el experto, ya que estas obras están orientadas a que las personas se movilicen a pie o en bicicleta.
En ese sentido, aconsejó iniciar con un proyecto piloto en un lugar bastante popular.
El arquitecto y urbanista hondureño Dino Rietti cree en la necesidad de poner orden. Proyectó que la capital crecerá el doble en los próximos años y no se puede “seguir viviendo en una ciudad que es una selva. Tenemos que trabajar en espacios”.
El experto recordó la Tegucigalpa de hace unos años, donde a pocas cuadras se encontraba todo. “Tegucigalpa era así, ahí (a 70 metros) estaban los súperes, estaba la cartilla, estaban los juzgados, todo estaba ahí, los periódicos... la imprenta, el cuartel, El hospital, el SANAA, todo quedaba ahí en el centro”, recordó.
De repente Tegucigalpa empezó a crecer hacia Palmira. “Después creció hacia donde está la zona bancaria y el Centro Cívico. Después creció hasta la Kennedy, creció hasta la universidad y después creció todo. Un desorden sin planificación”, lamentó.
Rietti consideró que se deben planificar espacios comerciales donde hay creci
miento y no a 15 minutos sino a 500 metros. “Las ciudades van creciendo, por lo tanto, estas nuevas edificaciones que se hacen para estas zonas deben no solo planificar colonias, sino espacios comerciales para que las personas puedan tener todo cerca y trabajar cerca”, dijo.
“Los ingenieros que han diseñado (la capital) tienen poca visión. No entienden que al dejar áreas grandes comerciales en los lugares se vive mejor, no hay que vivir uno siempre en estrés, entonces debemos de vivir (en espacios) donde en 500 metros yo tenga los servicios necesarios de salud, educación, religiosos”, recomendó.
Urbanismo desconocido
Explicar el término de ciudades de 15 minutos es sencillo: es una urbe con servicios esenciales a solo 15 minutos de donde se reside. Los pobladores tienen supermercados, farmacias, escuelas, lugares de ocio y de trabajo ubicados a 15 minutos, movilizándose a pie, en bicicleta o en transporte público.
Este tipo de lugares no nacen de la noche a la mañana, se deben desarrollar con planificación, basados en estudios urbanísticos para tener mejor control y orden territorial.
Estas propuestas urbanísticas descongestionan los centros de las ciudades, evitan contaminación del ambiente y reducen el tráfico, un problema que afecta directamente al Distrito Central.
Ciudades como París, Barcelona, Bogotá, Shanghái o Melbourne tienen lugares con este sistema, pero cada vez más urbes de diferentes continentes se suman a la iniciativa donde los peatones no necesiten un vehículo para llegar a todos los sitios que cubran sus necesidades.
La ciudad de Bogotá en Colombia, bajo el lema “Barrios Vitales”, es la única de Latinoamérica que avanza con esta propuesta y su objetivo es mejorar el estado de sus calles y sus barrios. El objetivo era crear áreas para fomentar el encuentro entre los vecinos y facilitar el uso de medios de transporte sostenible.
El DC necesita cambios
El Distrito Central es uno de los puntos geográficos con más congestionamiento vial en Honduras. De acuerdo con los registros del Instituto de la Propiedad (IP), un total de 578,581 vehículos de todo tipo circulan en el munici