Deuda pública, algunas verdades y mentiras
El endeudamiento público es un tema clave y neurálgico prácticamente para todos los países. En naciones inmersas todavía en muy bajos niveles de desarrollo –como Hondurasha adquirido connotaciones más peligrosas. La deuda pública externa se ha quedado como deuda eterna. Y el tema de fondo, sigue siendo si todo ese dinero ha servido para salir de la postración del subdesarrollo o, si por el contrario, al usarse mal, nos hunde más, y el cumplimiento de esos compromisos se convierte en un obstáculo perpetuo, para atender a las poblaciones víctimas de ese subdesarrollo. Algunas de esas verdades y mentiras pueden resumirse así: 1. La deuda de Honduras es sostenible. La tecnocracia ligada a los círculos gobernantes sigue afirmando que la deuda pública de Honduras es sostenible basándose en el coeficiente del saldo total respecto al PIB. Se maneja que al ser ese coeficiente todavía menor al 55 o 60%, el país puede seguir endeudándose puesto que, hay países que aún estando endeudados en más del 100% todavía son sujetos de crédito. Habría que estar claros en que, no es lo mismo que se endeude un rico a que se enjarane un pobre. La “sostenibilidad” de la deuda de Honduras implica seguir sacrificando a la población pagando altos y regresivos impuestos. El gobierno paga muy “puntual” la deuda financiera pero, se anquilosa el gigantesco retraso en el pago de la deuda social.
2. La deuda externa siempre es la más peligrosa. Un error muy frecuente es pensar exclusivamente en la deuda externa. En realidad, también puede resultar muy perjudicial la deuda interna en el sentido de su monto excesivo, sus altas tasas de interés, sus plazos de pago más reducidos y también, porque cuando el gobierno toma raudamente prestado dinero de los bancos o de otras fuentes internas, se extrae dinero de la economía nacional
La ‘sostenibilidad’ de la deuda de Honduras implica seguir sacrificando a la población pagando altos y regresivos impuestos”.
que el gobierno usa frecuentemente para gasto corriente, desvía recursos para fines productivos en diferentes sectores económicos. Cuando hablamos de montos excesivos de deuda pública interna, se puede mencionar lo que ocurrió a partir del año 2009 cuando aumentó desde unos US$890 a US$2,136 millones (equivalentes a aproximadamente a L17,000 y L40,000 millones). Esa época marcó el inicio de una escalada de incremento que ha llegado en los años recientes a unos US$7,800 millones, casi 200 mil millones de lempiras. Son compromisos descomunales.
3. Los préstamos han sido contratados a tasa de interés fija. En realidad, ha venido incrementándose el porcentaje de deuda contratada a tasa de interés variable con los riesgos y costos que ello implica. Todavía a principios de este siglo, el gobierno estaba comprometido con un poco más del 92% de los préstamos a tasas de interés fija. Con el transcurrir de los años, ese porcentaje fue descendiendo y, en las administraciones de 2010-2021 la deuda suscrita a tasas fijas descendió a menos de 70%. Actualmente, ese porcentaje ha caído peligrosamente a menos del 60%. Tasa variable de interés de 40%, significa mayores factores de riesgo y mayor carga para las finanzas públicas.
4. La deuda es la culpable del subdesarrollo. Sería injusto, además de falso, afirmar que el endeudamiento explica todo el rezago en los niveles de bienestar. El subdesarrollo o bajos niveles de desarrollo se deben también a otros factores que han impedido el aprovechamiento de los recursos nacionales para generar producción suficiente, que aumente empleos e ingresos, buscando distribuirlos mejor. Ojalá endeudarnos significara desarrollarnos