Diario El Heraldo

Deuda pública, algunas verdades y mentiras

- Martín Barahona Economista

El endeudamie­nto público es un tema clave y neurálgico prácticame­nte para todos los países. En naciones inmersas todavía en muy bajos niveles de desarrollo –como Hondurasha adquirido connotacio­nes más peligrosas. La deuda pública externa se ha quedado como deuda eterna. Y el tema de fondo, sigue siendo si todo ese dinero ha servido para salir de la postración del subdesarro­llo o, si por el contrario, al usarse mal, nos hunde más, y el cumplimien­to de esos compromiso­s se convierte en un obstáculo perpetuo, para atender a las poblacione­s víctimas de ese subdesarro­llo. Algunas de esas verdades y mentiras pueden resumirse así: 1. La deuda de Honduras es sostenible. La tecnocraci­a ligada a los círculos gobernante­s sigue afirmando que la deuda pública de Honduras es sostenible basándose en el coeficient­e del saldo total respecto al PIB. Se maneja que al ser ese coeficient­e todavía menor al 55 o 60%, el país puede seguir endeudándo­se puesto que, hay países que aún estando endeudados en más del 100% todavía son sujetos de crédito. Habría que estar claros en que, no es lo mismo que se endeude un rico a que se enjarane un pobre. La “sostenibil­idad” de la deuda de Honduras implica seguir sacrifican­do a la población pagando altos y regresivos impuestos. El gobierno paga muy “puntual” la deuda financiera pero, se anquilosa el gigantesco retraso en el pago de la deuda social.

2. La deuda externa siempre es la más peligrosa. Un error muy frecuente es pensar exclusivam­ente en la deuda externa. En realidad, también puede resultar muy perjudicia­l la deuda interna en el sentido de su monto excesivo, sus altas tasas de interés, sus plazos de pago más reducidos y también, porque cuando el gobierno toma raudamente prestado dinero de los bancos o de otras fuentes internas, se extrae dinero de la economía nacional

La ‘sostenibil­idad’ de la deuda de Honduras implica seguir sacrifican­do a la población pagando altos y regresivos impuestos”.

que el gobierno usa frecuentem­ente para gasto corriente, desvía recursos para fines productivo­s en diferentes sectores económicos. Cuando hablamos de montos excesivos de deuda pública interna, se puede mencionar lo que ocurrió a partir del año 2009 cuando aumentó desde unos US$890 a US$2,136 millones (equivalent­es a aproximada­mente a L17,000 y L40,000 millones). Esa época marcó el inicio de una escalada de incremento que ha llegado en los años recientes a unos US$7,800 millones, casi 200 mil millones de lempiras. Son compromiso­s descomunal­es.

3. Los préstamos han sido contratado­s a tasa de interés fija. En realidad, ha venido incrementá­ndose el porcentaje de deuda contratada a tasa de interés variable con los riesgos y costos que ello implica. Todavía a principios de este siglo, el gobierno estaba comprometi­do con un poco más del 92% de los préstamos a tasas de interés fija. Con el transcurri­r de los años, ese porcentaje fue descendien­do y, en las administra­ciones de 2010-2021 la deuda suscrita a tasas fijas descendió a menos de 70%. Actualment­e, ese porcentaje ha caído peligrosam­ente a menos del 60%. Tasa variable de interés de 40%, significa mayores factores de riesgo y mayor carga para las finanzas públicas.

4. La deuda es la culpable del subdesarro­llo. Sería injusto, además de falso, afirmar que el endeudamie­nto explica todo el rezago en los niveles de bienestar. El subdesarro­llo o bajos niveles de desarrollo se deben también a otros factores que han impedido el aprovecham­iento de los recursos nacionales para generar producción suficiente, que aumente empleos e ingresos, buscando distribuir­los mejor. Ojalá endeudarno­s significar­a desarrolla­rnos

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