Diario El Heraldo

El lado oscuro de la “guerra” contra las pandillas de Bukele

Organizaci­ones de defensa de los DD HH denuncian “detencione­s arbitraria­s” durante el régimen de excepción

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La “guerra” contra las pandillas del presidente salvadoreñ­o Nayib Bukele redujo a mínimos históricos los asesinatos en el que fue uno de los países sin conflicto bélico más violentos del mundo, pero entre 75,000 detenidos, hay unos 7,000 liberados... inocentes.

Amnistía Internacio­nal y el Movimiento de Víctimas del Régimen (Movir) denuncian “detencione­s arbitraria­s” bajo la acusación de pertenecer a “agrupacion­es ilícitas” (pandillas), “atropellos”, “torturas” y “muertes” en prisión, bajo un régimen de excepción vigente desde marzo de 2022.

Tres madres salvadoreñ­as —Sandra, Maricela e Irma— develaron ese lado oscuro de la ofensiva de Bukele, gran favorito a la reelección el domingo, según las encuestas, por su popular pero polémica política de seguridad.

Sandra Hernández, originaria de El Rosario, a 50 km de San Salvador, cuenta que a su esposo, José Medrano, lo detuvo la policía el 26 de mayo de 2022 y no volvió nunca más.

“Lo acusaron de agrupacion­es ilícitas. No tenía tatuajes, era jornalero”, aseguró esta mujer de 36 años, con dos hijos de 17 y 13 años.

Estando preso enfermó de insuficien­cia renal. La última vez que lo vio fue en una videollama­da que alguien hizo a escondidas cuando lo llevaron al hospital.

El 26 de marzo de 2023 le anunciaron que había muerto. “En la funeraria me dijeron que el cuerpo tenía golpes. Sospechamo­s que no murió de insuficien­cia renal”, afirmó,

Su familia vive con la ayuda de un hermano y de lo que gana su hijo como albañil.

“Se están llevando a gente trabajador­a, humilde; está muriendo gente inocente, no los pandillero­s”, lamentó.

Por su lado, Maricela Méndez estaba dormida cuando el 19 de julio de 2022 la policía la sacó de su vivienda en Alta Vista, noreste de San Salvador. Sus niños, entonces de 11 y 7 años, quedaron con la abuela.

“Me acusaron de delincuent­e, el policía tenía una cuota de hacer cinco capturas”, afirmó.

Estuvo en tres prisiones. “Nos castigaban. Dormía en el suelo, comía tortillas y tomaba agua con azúcar para saciar el hambre”, relató. Tras gestiones legales, obtuvo libertad condiciona­l. Méndez, de 35 años, mantiene a sus hijos trabajando en un salón de belleza. “Mis niños tienen trauma, cuando ven policías lloran, temerosos de que me vuelvan a llevar. Se vive con miedo”, confesó.

El hijo de Irma García se encuentra entre los detenidos. “Lo tienen secuestrad­o. Desde que se lo llevaron no he podido verlo ni hablar con él. No sé si está vivo”, dice.

Isaías Galicia iba a cumplir 18 años cuando lo detuvieron el 7 de junio de 2022 en el taller mecánico donde trabajaba. “Mi hijo no es pandillero, no tiene ningún tatuaje, no hacía daño a nadie”, asegura esta mujer, quien dice que el origen del arresto fue una llamada anónima

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FOTO: AFP Sandra Hernández muestra una foto de su esposo, José Medrano, quien murió tras ser detenido durante el régimen de excepción.

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