El desempleo y la migración
El sector de la construcción resiente de la escasez de mano de obra especializada, ya que son muchos los trabajadores que se están yendo del país no por falta de empleo, sino que en busca de mejores salarios. Con el paso del tiempo, escasean en el país albañiles, electricistas, carpinteros, soldadores , fontaneros, pero no solo ellos migran. También lo hacen miembros de otros gremios, entre ellos los cortadores de café, e incluso, jóvenes que dedicaron varios años de su vida a estudiar una carrera universitaria, quienes también se han visto en la necesidad de dejar el país por la falta de una oportunidad laboral.
Parten con la esperanza de encontrar mejores oportunidades en otros países, pero también dejan tras de sí un fuerte impacto en la productividad nacional y reducida la competitividad en muchos sectores.
En reiteradas ocasiones hemos expuesto de la creciente necesidad de que en el país se generen condiciones favorables para la creación de empleo y el pago de salarios altamente competitivos, lo que al final redundará tanto en el impulso de la economía en todos sus niveles y sectores, beneficiaría a la pequeña y mediana industria, y, lo más importante, aseguraría la unión de miles de familias que se ven separadas por la ausencia de uno o más de sus miembros.
El anunciado diálogo nacional por el empleo no puede ni debe retrasarse más. Ese es y debe ser el escenario en el cual todas las fuerzas sociales se sienten y planteen respuestas a los graves problemas que arrastra el país, principalmente el del desempleo y empleo mal pagado que orilla a su fuerza joven a migrar.
Clave será que en ese escenario los acuerdos a los que se lleguen sean producto del consenso de todos los sectores representados.
El allanar las avenidas que aseguren a los jóvenes esas oportunidades de empleo aquí, en la tierra que les vio nacer, no puede seguir siendo dilatado