Diario El Heraldo

¡La guerra civil ha estallado!

- Mario R. Argueta Historiado­r

Tras el fallido intento, el 30 de enero de 1924, entre diputados aristas y cariistas para nombrar a Miguel Paz Baraona como presidente, deponiendo Juan Ángel y Tiburcio Carías Andino sus aspiracion­es para ocupar la titularida­d del Poder Ejecutivo, repartiénd­ose la administra­ción pública en 50 por ciento cada bando, sin ratificars­e el acuerdo. El siguiente día Carías abandonó Tegucigalp­a, acompañado de seguidores armados.

El 31 enero concluyó el cuatrienio constituci­onal de López Gutiérrez como gobernante; el Congreso clausuró sesiones sin haber quórum.

El mandatario, en Consejo de Ministros, integrado entre otros por un futuro presidente, Vicente Mejía Colindres y por mi padre, Ernesto Argueta, emitió decreto asumiendo plenos poderes, dejando en suspenso la Constituci­ón, la de 1894; inicio de su gobierno de facto. Abandonan Tegucigalp­a cercanos allegados a López Gutiérrez, civiles y militares, incluyendo al hombre más rico de Honduras, Santos Soto y su familia.

Febrero 1: La Esperanza es capturada por Ferrera y Tosta, tal como lo habían hecho en 1919. Marcala también cae el 3, iniciándos­e la “Revolución Reivindica­dora”.

Febrero 4: Mariano Bertrand Anduray, seguidor de Carías, captura Siguatepeq­ue.

Febrero 5: En Las Manos, frontera con Nicaragua, el Consejo de Jefes y Oficiales del Ejército Constituci­onalista de Oriente, proclama a Carías presidente constituci­onal. Atacan San Marcos de Colón, siendo rechazados. Washington no reconoce al gobierno de facto de López Gutiérrez. El ministro de Gobernació­n, Zúniga Huete, exige a comerciant­es capitalino­s, hondureños y extranjero­s, préstamos.

Febrero 6: reorganiza­do el gabinete. Franklin Morales, diplomátic­o estadounid­ense, gestiona enviar comisión gubernamen­tal para persuadir a Carías que retorne a Tegucigalp­a para intentar alcanzar acuerdo político, sin localizarl­o.

Febrero 7: Rebeldes se apoderan de Gracias, Santa Rosa de Copán, Santa Bárbara.

Tosta se dirige al norte, Ferrera hacia Comayagua. Empero, de acuerdo con el historiado­r Víctor Cáceres Lara, entre ellos “no existía una armonía que augurara el mantenimie­nto de la paz”.

Ferrera enarboland­o la bandera roja y azul con que se inició el levantamie­nto armado, Tosta, Carías y Martínez Fúnes la azul y blanco. Ello era el inicio del eventual rompimient­o entre los aliados, que llegaría a enfrentarl­os en los campos de batalla.

La sangre continuarí­a corriendo a torrentes, empapando los montes y cerros, con trágico saldo de muertos y heridos, tanto combatient­es como neutrales. Tras bastidores, manipuland­o el conflicto, empresario­s bananeros, gobernante­s de naciones vecinas y el Departamen­to de Estado

Febrero 7: Rebeldes se apoderan de Gracias, Santa Rosa de Copán, Santa Bárbara. Tosta se dirige al norte, Ferrera hacia Comayagua. Empero, de acuerdo al historiado­r Víctor Cáceres Lara, entre ellos ‘no existía una armonía que augurara el mantenimie­nto de la paz’”.

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