INVITADO ¿El debate lo hacemos político o técnico?
Definitivamente el nivel de la discusión y los debates en Honduras va en decadencia, donde en primer lugar el mensajero no tiene mucha autoridad moral para criticar, y el mensaje también es carente de sustento y fundamentos que le den validez, sin embargo, esto es lo que se vive y repite constantemente en medios de comunicación y redes sociales.
Vemos cómo temas fundamentados, hechos concretos y reales son desvirtuados de la manera más burda e irresponsable, y no, no hablo sólo de los funcionarios del gobierno, hablo también de la oposición, hay una desesperación por desacreditar al adversario que nadie se está tomando la molestia de analizar lo esencial detrás de todo: la calidad de la información que emitimos.
Pero es que, también, no podemos esperar mucho de gente que desesperadamente quiere conservar el poder y otros apresuradamente quieren llegar a él, donde vemos activistas radicales, dejados llevar por sus emociones y sesgos mal comprendidos que no les permiten entender conceptos, donde el deseo de robar cámara y llamar la atención los lleva a hablar de temas que poco o nada conocen, porque la intención es despotricar al otro interlocutor y así no se construye Estado de derecho, los especialistas de los diferentes temas como educación, energía, derecho, lucha contra la corrupción, migración, electoral, derechos humanos, medicina entre otros, no participan en debates abiertos porque el nivel de discusión es bajo y prefieren seguir en sus funciones que ir a exponerse con algún obcecado.
Es responsabilidad de los medios de comunicación ser más exigentes con la calidad de sus invitados y con el tipo de temas y contenidos que se comparten, si bien, somos un país con muchos temas por mejorar pero si contamos con personas que su valor viene de lo que son y saben, no por pegar afiches o quemar llantas, a este tipo de personas se les debe dar el crédito y el valor que merecen por lo que han construido, este tipo de personas deben estar en los debates televisivos y las redes sociales.
El debate político debemos hacerlo más técnico y el debate técnico menos político, mejorando la calidad de los debates vamos a mejorar la percepción que la ciudadanía tiene sobre nuestra clase política y gobernantes
Existe la conciencia de que nos es urgente la unidad. Desde lo particular: la de la nación y la del Partido Liberal. Debiera ser fácil entender a los seres vivos o a las instituciones como unidades en las que el concepto las comprende en forma tal, que a una parte les son indispensables las demás. Como máquinas a las que el minúsculo tornillo le es preciso como la grande tuerca o no funciona. La unidad de la nación no es homogeneidad de pensamiento, ni siquiera de acciones, pero sí la interiorización de los objetivos nacionales, circunscritos a las responsabilidades fundamentales del Estado para con los ciudadanos: educación, salud, seguridad y justicia. Y por la crisis actual, igual de prioritarias: la cultura, el empleo, la protección del medio ambiente, el combate a la corrupción y la impunidad y a los feminicidios. Se dice que “nadie es indispensable”, para la realidad, todos los somos. El aporte útil de cada uno es vital. Pero no se entiende y los intereses personales al verse soliviantados, han encontrado en el señalamiento procaz y a veces improcedente, la vía efectiva a ganar adeptos en la búsqueda del poder. Hay que buscar el poder, es positivo, pero como medio no como fin en sí mismo. Se ha de pretender el poder para tener las facultades para transformar la realidad absurda que abate y expulsa a la juventud de nuestro país. Sí, hay trabajo, hay proyectos, hay sueños, pero es que deben ser muchos más y el enriquecimiento debe ser proceso constante de conformidad con la ética y la moral. Todo suena impalpable pero es muy real. Existe en la medida en que nos neguemos a ser sometidos por la ilegalidad y el pesimismo. Y para que resistamos el encomiar el insulto y la descalificación. Debe haber debate y enfrentamiento en el marco de la verdad, sólo así conoceremos las diferentes posturas y podremos decidir por la que más nos convenga. Pero la unidad que nos es tan necesaria sólo podrá darse en el sometimiento a la ley, sea la legislación nacional o la partidaria
El debate político debemos hacerlo más técnico y el debate técnico menos político”.