Ambición y adulaciones perdieron a Hernández
Tras dos décadas de gloria política, ahora el destino del expresidente Juan Orlando Hernández (JOH) pende de un jurado que se conformará a partir de mañana en la Corte del Distrito Sur de Nueva York.
Con 56 de edad, si es encontrado culpable por narcotráfico podría pasar el resto de su vida terrenal en una prisión estadounidense.
El hijo de don Juan Hernández Villanueva y doña Elvira Alvarado Castillo es considerado dentro de unos sectores del Partido Nacional como un político nato, autoritario y astuto, pero otros lo califican como un hombre poco inteligente. Fue él quien hizo popular la frase “¿quién dijo miedo?”, un reto que fue dirigido a sus opositores y no a los grupos criminales.
Johana Bermúdez, diputada por el Partido Nacional, confesó que “Juan Orlando era un tipo que escuchaba a toda la gente y luego planteaba las posibles soluciones a los problemas que le confiaban”.
Hernández realizó sus estudios primarios y de ciclo común en Gracias, Lempira, posteriormente se graduó en 1985 en el Liceo Militar del Norte, en San Pedro Sula, Cortés.
Se involucró en la política desde que era estudiante en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Tras graduarse de abogado se desempeñó como docente universitario y trabajó como asistente de su hermano, Marco Augusto Hernández, quien en ese entonces era el primer secretario del Congreso Nacional. Allí comenzó a militar dentro de Partido Nacional. Cursó una Maestría en Administración Pública en Nueva York, justo donde hoy guarda prisión mientras espera ser juzgado por un jurado y el juez Kevin Castel.
Para las elecciones generales de 1997 lanzó su candidatura como diputado por el departamento de Lempira, resultando electo para el período 1998-2002 y reelecto entre 2002-2006.
En el periodo presidencial de Porfirio Lobo Sosa (20102014), Hernández alcanzó la presidencia del Congreso Nacional. En ese entonces se aprobaron la Ley del Consejo Nacional de Defensa y Seguridad (CNDS), la “ley de secretos”, la Tropa de Inteligencia y Grupos de Respuesta Especial de Seguridad (TIGRES), la Policía Militar y del Orden Público (PMOP), toda una estructura que le permitió
Juan Orlando Hernández fue un político “autoritario” que logró construir su proyecto político con base en la debilidad de la oposición, describió el abogado y analista Raúl Pineda Alvarado.
A su criterio, cuando Hernández estuvo en el poder fue un hombre de mucha disciplina, de perseverancia y de pocas bromas, pero nunca fue un hombre de extraordinario talento que le permitiese evadir los problemas del país. Tanto así que terminó donde está ahora recluido.
La extrema ambición y el incienso de los que lo rodeaban fue lo que llevó a Hernández a perder el sentido de la realidad y verse al final involucrado en una situación tan incómoda y molesta como la que tiene actualmente, analizó Pineda Alvarado.