La Sedh, ¿una crisis que no importa?
La crisis en la Secretaría de Derechos Humanos (Sedh) cumplió ayer un mes sin que se avizoren rutas de solución a la misma, y más bien, los caminos que se tienden es a la agudización del conflicto, marcada por la terquedad de la ministra Natalie Roque que botó el fin de semana un acuerdo que había sido alcanzado por las partes en conflicto bajo la mediación de Tomás Vaquero, secretario de Gobernación y Justicia.
Increíblemente, la solución no llega a pesar de los llamados para encontrar una rápida solución de organismos defensores de los derechos humanos y de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Honduras (OACNUDH), los que a la vez alertan de las graves consecuencias para el país en el contexto internacional y la vulneración de derechos a las que estarían expuestas las personas defensoras de derechos humanos y periodistas, entre ellos los beneficiados por el mecanismo de protección.
“Nos preocupa que el gobierno de la presidenta Xiomara Castro puede repetir prácticas violatorias a los derechos humanos, las mismas que muchas personas defensoras sufrieron en el golpe de Estado y la narcodictadura, consecuencias que todavía están vigentes en quienes han hecho uso de su derecho a defender derechos humanos”, escribieron ayer en un comunicado cuatro organizaciones defensoras de los derechos humanos, en el que llaman a la presidenta Xiomara Castro a “asegurar a todas y todo el goce de la justicia, la libertad, la cultura, el bienestar económico y social”, tal cual lo prometió en su discurso de toma de posesión.
Los trabajadores en huelga denunciaban acciones de intimidación en su contra incluso por parte de elementos de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), que no favorecen una solución pronta del conflicto, a lo que debería estar encaminada, en todo momento, el accionar del gobierno que está llamado a garantizar los derechos humanos de los y las hondureñas