El juicio de Juan Orlando Hernández
Indistintamente de lo que suceda en este proceso en el Distrito Sur de Nueva York, el daño ya está hecho, la imagen de un país está comprometida, porque, de resultar condenado el expresidente Juan Orlando Hernández, sería un hecho probado que tuvimos 12 años en el gobierno a un facilitador del narcotráfico en el poder (cuatro años como presidente del Congreso Nacional y ocho años como presidente de la República, sin tomar en cuenta los años que fue diputado), y por otra parte, si el jurado lo declara inocente, sabemos que también la imagen de nuestra institucionalidad, la imagen de nuestra sociedad ya quedó comprometida, puesto que, el señor Hernández ya fue expuesto públicamente, la Fiscalía arguye tener un acervo probatorio fuerte que vincula de manera directa e indirecta los vínculos de Juan Orlando Hernández con el narcotráfico, así mismo, otro de los hechos ya probados es que “Tony” Hernández (hermano de JOH) ya está guardado prisión por haber sido declarado culpable por un jurado.
Este juicio debería representar un antes y un después en la vida política y social de Honduras, ya que, debemos garantizar que mínimo nuestros más altos funcionarios no tengan ningún vínculo con el narcotráfico, ni con actos de corrupción. ¿Cómo vamos a salir bien evaluados en índices internacionales?
Claro, ante la comunidad internacional la definición de narcoestado para Honduras se refuerza aún más con este juicio.
¿Qué es lo peor de todo? Que aún hay más altos funcionarios y expresidentes de la República mencionados en estos juicios internacionales, lo único que provoca esto es vergüenza para todos los hondureños que trabajamos y vivimos decentemente, porque este actuar de los altos funcionarios nos mete a toda una nación en un mismo costal y la imagen de una tierra tan bella como la nuestra, llena de hondureños trabajadores, con casi dos millones de compatriotas en Estados Unidos nos pone en descrédito.
Es una analogía básica y sencilla, pero, al menos mediáticamente la imagen de El Salvador ha ido mejorando considerablemente los últimos años, claro estamos que ese gobierno tiene sus retos, pero mejorar la imagen de un Estado da mayor seguridad, al menos a su población, lo que puede traducirse en inversión, ya que hemos visto empresas transnacionales interesadas en invertir en esa hermana República, ahora los salvadoreños tienen algo que nosotros no vemos por ningún lado: “esperanza”.
¿Y cómo vamos a tener esperanza? Es necesario reestructurar los partidos políticos, hacer a un costado a todo aquel que está mencionado, los intereses de la corrupción y el narcotráfico no entienden de color político, mucho menos de ideologías, los intereses de estos flagelos son lesivos para el Estado de derecho, y estos permanecieron, permanecen y permanecerán si no hacemos algo al respecto
Este juicio debería representar un antes y un después en la vida política y social de Honduras, ya que, debemos garantizar que mínimo nuestros más altos funcionarios no tengan ningún vínculo con narcotráfico, ni con actos de corrupción”.