La encrucijada eterna
En un país donde la situación política está en su punto álgido, y además en donde el problema para que haya un cambio o un verdadero desarrollo es estructural, el ser en estos momentos la vergüenza internacional y no tener claro el panorama de hacía donde va la dirección del país, los hondureños seguimos sosteniendo la carga que día con día impone la clase política. Sigue la migración, la falta de empleo, no hay condiciones ni existe un clima que recupere la confianza de los ciudadanos, la población lleva más de una década buscando cada uno por su lado el poder de sus afines políticos para tener ellos un beneficio, expresidentes hablan de los problemas del país y de cómo se pueden resolver y cuando estuvieron ellos gobernando no pudieron hacer realidad esas soluciones, es fácil dar directrices cuando se está afuera, pero si estando dentro tus acciones son contrarias a tus palabras la credibilidad se pierde, se sigue sembrando la incertidumbre cada vez que hay cambio de gobierno, y entran unos mientras otros salen, a los gobiernos no les ha interesado darle estabilidad laboral a los hondureños que en esos asuntos nadie debe de tener bandera política, no se está invirtiendo lo suficiente en salud ni en educación, estamos a la expectativa, estamos llenos de dudas y temores, y sólo el conocimiento es el antídoto contra el miedo, no tenemos un sistema público sanitario que atienda y responda a las necesidades de aquellos que no pueden asistir siquiera a una clínica privada, en las escuelas e incluso en algunos institutos de tierra adentro, siguen existiendo maestros unidocentes, y en las universidades públicas, no hay suficientes sillas y las aulas se quedan cortas para tantos estudiantes, no hay apertura de nuevas carreras y cada vez son más los que no tienen acceso a la educación superior. No sabemos ya en quien creer o que creer, navegamos los pocos que podemos en un mar con olas que no sabemos a donde nos llevan, por suerte la tabla del conocimiento en la que vamos montados nos permite seguir estar a flote para no ser parte de los que siguen con los ojos vendados, y que siempre analizan.
Fernando Erazo Profesor ITS-TELA UNAH