Diario El Heraldo

¿Y ahora qué?

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otros que no fueron objeto de juicio-, es apropiado decir que una buena cantidad de personas también esperaba que el acusado saliera bien librado de la acusación. Entre ellos, obvio se encontraba su familia inmediata y más leales colaborado­res, personas que simpatizar­on con él y le votaron, pero también -vaya paradoja- personas a quienes poco o nada convenía que lo afirmado por los testigos de la parte acusadora se ratificara como cierto e incontesta­ble y se convirtier­a en “verdad legal” o judicial. Nos referimos a diversos personajes del contexto nacional que aparecían mencionado­s como actores de reparto, en roles protagónic­os o tras bambalinas en esta tragedia que afecta a nuestro país desde hace varias décadas y que pareciera está lejos de tener un final con moraleja.

A diferencia de los participan­tes locales, cada vez más perfilados y delineados con nombres y apellidos por una implacable Fiscalía federal norteameri­cana, quienes controlan la cadena final del gran negocio de la narcoactiv­idad o se benefician financiera­mente de ella, así como “la caballería -con siglas harto conocidasq­ue viene a salvar a la damisela” (¡ayooo silver!) permanecie­ron anónimos y enmascarad­os, bajo el manto de confidenci­alidad y secreto insuperabl­e que llaman documentos clasificad­os (top secret), dejándonos en ascuas y deseosos de nuevas temporadas, como si se tratara de series de televisión o streaming de alta demanda, con membrete de continuará.

Como ocurre con todo tema controvert­ible, prácticame­nte no hay persona entre nosotros que no haya asumido una postura sobre el destino merecido por el “villano” del momento. Sin embargo, hasta ahora hemos asistido únicamente a una versión producida y narrada en inglés, con traducción e interpreta­ción al castellano hecha por periodista­s del patio, ¿podríamos esperar o demandar una versión en español con acento catracho, desde suelo hondureño y con cobertura inmediata, presentand­o estrados, jueces, fiscales y defensores nacionales? ¡Quién sabe! En todos los países alrededor nuestro varios expresiden­tes han enfrentado la espada de la justicia propia por casos de corrupción: Alemán (Nicaragua), Rodríguez Calderón (Costa Rica); Flores, Saca, Funes y Sánchez Cerén (El Salvador); Pérez y Morales (Guatemala), Martinelli (Panamá). Se ve que el hondureño brilla por su ausencia.

Decíamos hace una semana que no todos los políticos hondureños llegan a ser reconocido­s o recordados. Y cuando en una lista faltan nombres, lo que se hace es rellenar los espacios en blanco

No todos los políticos hondureños llegan a ser reconocido­s o recordados. Y cuando en una lista faltan nombres, lo que se hace es rellenar los espacios en blanco”.

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