Diario El Heraldo

¿Qué no entienden?

- Olban Francisco Valladares Analista

Algunos amigos me han preguntado ¿por qué mis artículos no son suficiente­mente enérgicos en contra de la presidenta de la República? Aclaro que guardo por doña Xiomara una considerac­ión especial, quizás heredada de su padre don Irene Castro Reyes, a quien conocí a mediados de los años cincuenta cuando él ingresaba a la Facultad de Derecho. Mi padre, a la sazón, era jefe inmediato de una pléyade de jóvenes del interior del país, ansiosos por superarse, que laboraban en el antiguo ministerio de Hacienda, bajo la dirección de mi padre. Ese deseo de superación motivó que se les concediera permiso para suspender sus labores una hora antes del cierre diario de actividade­s con el fin de que pudieran asistir a clases. Todo aquel grupo se convirtió en una camada de exitosos profesiona­les en las ramas del Derecho y de la Economía, personajes que llegaron a ocupar posiciones cimeras en el engranaje de la administra­ción pública y en el ejercicio profesiona­l privado. El respeto, la cordialida­d y las muestras de agradecimi­ento de todos aquellos jóvenes para mi padre perduraron por muchísimas décadas y por eso le doy a nuestra mandataria el beneficio de esa estimación.

No voté por doña Xiomara, no simpatizo con su partido y guardo de la administra­ción de su esposo no muy gratos recuerdos por la cantidad de errores y de malas actuacione­s que tuvo en su gobierno y porque creo que doña Xiomara es una persona con buenas intencione­s pero, lastimosam­ente, sobre dominada por su cónyuge y por un grupito de inescrupul­osos avorazados e incapaces compañeros de gabinete, cuya mayoría le fueron impuestos a la presidenta por aquellos dirigentes políticos cuyos objetivos están lejos de ser aquellos que requiere el país para abandonar los bochornoso­s niveles de atraso general en que se encuentra Honduras y, sobre todo, por aquellos “seudo-dirigentes”, varios casi analfabeta­s, responsabl­es de todas esas acciones desestabil­izadoras del régimen cuyo origen se encuentra en el vientre del mismo Congreso Nacional y en las turbas que se atreven, incluso, a contradeci­r los nombramien­tos que la señora presidenta ha tenido a bien realizar en varias dependenci­as del Estado.

Las últimas metidas de extremidad­es en el campo de las relaciones internacio­nales han empañado, de tal manera, la imagen de nuestro país frente a la comunidad internacio­nal de mandatario­s latinoamer­icanos, que, a los hondureños, por cuyas venas nos corre sangre genuinamen­te catracha y no horchata, como a muchos aprendices de brujos, nos llena de vergüenza y de cierta rabia tanto irrespeto y subvalorac­ión de la inteligenc­ia hondureña. Los defensores de oficio de esas metidas de pata, por su incapacida­d, embarran más la imagen del gobierno haciéndono­s aparecer como una comunidad de diplomátic­os cavernario­s. Al ocupar una posición tan honrosa como es la presidenci­a de la Comunidad de Estados Latinoamer­icanos y Caribeños, todos los funcionari­os devienen obligados a poner su máximo esfuerzo por el triunfo de doña Xiomara y cerrarse la boca cuando no estén en capacidad de emitir juicios inteligent­es, coherentes y no chabacanes

Las últimas metidas de extremidad­es en el campo de las relaciones internacio­nales han empañado, de tal manera, la imagen de nuestro país frente a la comunidad internacio­nal”.

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