Diario La Prensa

“anhelo volver a la selección”

El delantero del Olimpia ha vuelto por sus fueros

- Franklin Martínez redaccion@laprensa.hn

El jugador merengue viene de anotarle cinco goles al Vida en un solo partido

SAN PEDRO SULA. Lucha, perseveran­cia y fe en Dios son las palabras que están de la mano con Roger Rojas. El delantero del Olimpia solo ha jugado dos partidos en el torneo Clausura y lleva seis goles; cinco de ellos se los marcó el miércoles al Vida e ingresó en los libros históricos de la Liga Nacional. Se convirtió en el quinto jugador que anota cinco goles en un mismo partido en la máxima categoría del fútbol hondureño.

El día después de marcar cinco goles ¿cómo fue ese despertar?

Estoy bendecido por Dios. Feliz por la noche del miércoles, fue mágica, me siento muy contento.

¿Se imaginó al poner un pie en el césped anotar cinco goles?

Fue un partido desde que estábamos en el camerino, les dije a mis compañeros que los encuentros que se miran fáciles son los más dificiles. Les pedí no burlarnos y nunca me imaginé que se lo tomarían tan en serio. Pero no solo fue una gran noche para mí, sino también para el equipo porque nunca había marcado cinco goles en un partido.

El nombre de Roger Rojas ya aparece en ese valioso registro goleador.

Dios siempre tiene un plan perfecto para cada uno y todo llega a su tiempo. He cambiado, uno debe buscar las cosas de Dios, ser perseveran­te y mantener siempre la fe. La bendición está y uno debe poner de su parte.

Dos partidos y seis goles, ¿es un mensaje que envía?

Lo que puedo decir es que estoy en deuda con el equipo y conmigo mismo. Esto no es nada, solo es el comienzo de algo maravillos­o. Lo mejor viene, pero tengo que luchar por ello. Debo mantenerme con ese ritmo y ganas de anotar.

¿Por qué en deuda con usted mismo?

No había tenido un buen rendimient­o ni estaba a la altura del equipo, no metí muchos goles. El pasado es siempre importante y me hizo ver que yo podía mejorar. Si antes pude, ahora lo puedo lograr nuevamente. Me agarré de Dios, mi esposa me ha ayudado mucho, mi hijo me cambió la vida. Fue ese gol más importante.

¿De qué golpe ha aprendido más?

En el que uno cree que es indiscutib­le titular, que siempre vas a jugar y serás eterno en el equipo. Uno debe mantener los pies en la tierra y seguir luchando. El fútbol es rendimient­o y el que esté bien jugará. Tenía que ponerme las pilas para este torneo porque sabía que iba a tener una nueva oportunida­d. Solo le pedí a Dios aprovechar cada minuto porque quiero ayudar al Olimpia, al profesor, al resto del cuerpo técnico porque siempre me están ayudando.

¿La confianza del cuerpo técnico estuvo luego del mal momento?

Imáginese que solo marqué tres goles en un año y ahora ya tengo seis, lo doblé. Uno evalúa y ese año no me fue muy bien, de los peores torneos que hice con el equipo. No es bonito no jugar, quedar fuera de las convocator­ias, quedarte solo en la banca, no jugar la final. El esfuerzo debe estar y ese es mi consejo para los jóvenes, que se agarren de Dios.

¿Fue algo extracanch­a que no le permitió rendir en el campo?

Tuve problemas, no en el equipo, sino conmigo mismo. Falta de confianza, me maltrataba mucho. Incluso el profesor Juan Carlos Espinoza me lo decía. Fallaba un gol y me recriminab­a. Siempre me ha dicho que no es bueno hacerse eso uno mismo. Trabajé en la parte mental, física y espiritual, todo eso va de la mano y estoy saliendo, porque no puedo asegurar que ya salí, porque vienen más cosas mejores y debo seguir luchando por ellas.

¿El torneo Clausura es la redención para el Ro-Ro?

Lo que puedo decir es que lo primero para este torneo es que quiero ser campeón. Jugar y meter goles.

La familia cómo ha influido en los momentos de tristeza.

Mi esposa Alejandra ha sido mi paño de lágrimas. Ella ha visto como venía de un entrenamie­nto llorando, triste, sin ánimos. Dios, mi esposa, mi hijo y la Virgen de Suyapa han sido mis fortalezas. Estoy bendecido por la esposa que Dios me dio porque no sé que fuera de mi vida si estuviera soltero. Y más por el momento que pasé.

¿Roger Rojas fue un jugador que llevó una vida noctura fuera de las canchas?

Con mi esposa he cambiado mucho, no puedo decir que cuando estuve soltero fui un santo. Voy a misa, asisto a un grupo de parejas adonde me han ayudado mucho en el tema del matrimonio. Cuando uno está en malos problemas la familia es que está presente. Dios es el mejor camino.

¿Los seis meses en México cómo lo define?

Fue un propósito que Dios me dio ir a jugar al Cimarrones. Aprendí cosas que en Honduras nunca las hice y el propio entrenador me lo decía. No fue un retroceso mi estadía en México.

¿La Selección es el objetivo próximo?

Anhelo volver. Sé que las puertas están abiertas y el profesor Pinto ve al jugador que anda bien y lo convoca.

Con Rasquiña metió un gol al mismo tiempo.

Al muchacho no lo miré y gracias a Dios que no lo hice porque si no le hubiera dicho ‘qué andás haciendo aquí’ (risas). Dios orientó a todos en esa jugada y no en el aficionado.

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