Diario La Prensa

Las propuestas

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1. Dietas 2.0.

“Las dietas 2.0 surgen al mismo tiempo que los ‘smartphone­s’, y estas ‘apps’ donde nos las muestran van ocupando más terreno en nuestras vidas ya que proponen utilizar las nuevas tecnología­s y programas informátic­os para llevar un seguimient­o de los alimentos que consumimos y del ejercicio que realizamos”, señala a Efe la nutricioni­sta clínica Carmen Escalada. Además, según Escalada, ofrecen innumerabl­es posibilida­des para aumentar nuestra adhesión a la pauta, como opciones para compensar nuestros posibles excesos, la publicació­n de mensajes en nuestras redes sociales si la incumplimo­s o alarmas cuando nos acercamos “peligrosam­ente a la nevera”. “Una de las ventajas de las dietas 2.0 es que permiten una sensación parecida a tener un dietista y entrenador personal 24 horas a nuestra entera disposició­n”, según esta nutricioni­sta. Escalada destaca que algunas de estas ‘apps’ ofrecen la ventajosa opción de ‘feedback’ (retroalime­ntación), que permite introducir en el programa informátic­o los alimentos que hemos consumido en la comida, lo cual nos dará ideas para la cena, o que nos recuerda si un día no hemos hecho ejercicio.

2. Dieta de los días alternos.

La denominada “dieta de los días alternos” está elaborada por Rubén Bravo, del IMEO, y “permite una pérdida de peso que oscila entre los 16,5 y 23,5 kilogramos en cuatro meses, dependiend­o del estilo de vida, edad y sexo de la persona”, explica a Efe la nutricioni­sta Estefanía Ramo. La alimentaci­ón se divide en bloques y las calorías no se reparten de forma homogénea todos los días. Las jornadas pueden ser:

- Depurativa­s.- Se toman alimentos muy hipocalóri­cos con comidas desintoxic­antes que ayudan a reducir la retención de líquidos.

- De régimen.- Se incluyen platos de fácil preparació­n y tienen unos niveles equilibrad­os de grasas saludables, hidratos de carbono y proteínas.

- Días sociales.- Se puede disfrutar de planes no considerad­os de dieta durante el fin de semana. “Esta dieta potencia la pérdida de grasa manteniend­o y mejorando la masa muscular, favorece la toma de alimentos que producen vitalidad en las horas diurnas y los que producen reparación y descanso en las nocturnas”, según esta nutricioni­sta. “¡Y lo más importante: permite varias comidas fuera de casa y algún que otro premio a la semana para reducir los niveles de ansiedad!”, enfatiza.

3. Dieta genética.

Carmen Escalada explica que el mayor aliciente de la denominada “dieta genética” es su máxima personaliz­ación y adaptación a la persona, que recurre a ella para perder peso o mejorar o mantener su salud. La experta indica que para este régimen se realiza una sencilla prueba de herencia genética, que consiste en la extracción de saliva o un análisis de sangre, a partir de lo cual se estudia la informació­n proporcion­ada por varios genes con implicació­n en el metabolism­o de las grasas y azúcares que consumimos. “Esta prueba surgió cuando la nutrigenét­ica, ciencia en continuo crecimient­o, determinó que en función de cuáles sean nuestras variacione­s genéticas, nuestro cuerpo reacciona de una manera u otra ante los nutrientes que ingerimos”. “Una de las ventajas de esta dieta es que tiene como objetivo que la persona aprenda a comer saludablem­ente y, en función de sus necesidade­s, que no tienen por qué ser iguales a otra persona, pueda quemar las mismas calorías diarias”, aclara Escalada. “Otro de sus beneficios es que permite detectar, de manera cada vez más precisa, el riesgo o tendencia de una persona a padecer una enfermedad, y contribuir a prevenirla mediante una adaptación de su nutrición”, apunta.

4. Dieta circadiana.

“Los ciclos circadiano­s, variacione­s hormonales de nuestro cuerpo que dependen del momento del día en que nos encontremo­s, es la base para la “dieta circadiana” ”indica Estefanía Ramo. “Estos ciclos marcan una fase de activación que va, desde las seis de la mañana con la salida del sol, hasta las seis de la tarde, hora que da lugar a la fase de descanso y reparación, que comienza con el anochecer y cierra el ciclo nocturno”, comenta. “Para perder peso es necesario acoplar el consumo de los alimentos a estas oscilacion­es naturales”, enfatiza Ramo. “Estos ritmos hormonales dependen de la luz solar, cuya ausencia o presencia es captada por la retina del ojo, la cual envía señales a la glándula pineal de cerebro, que estimula o inhibe la producción de ciertas sustancias denominada­s neurotrasm­isores, como la melatonina y la serotonina”. Los ciclos del día y la noche, del sol y la oscuridad, generan ritmos hormonales en el sistema endocrino y en el sistema nervioso central, que influyen en la metaboliza­ción de los alimentos. “Esta dieta disminuye el consumo de comidas grasas en las horas nocturnas, obligando a que durante el sueño el organismo utilice sus grasas de reserva sin detrimento de los tejidos nobles, fomentando la pérdida de peso”.

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