Diario La Prensa

No basta con no ser malo

- Santiago Martín OpiniOn@laprensa.hn

“Os lo aseguro: Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.” (Mt 5, 20-22a) El término “fariseo” está tan desprestig­iado que nos resulta difícil comprender lo que quería decir Jesús cuando ponía esa comparació­n e invitaba a sus discípulos a ser mejores que ellos. En realidad, en aquella época los fariseos eran los más religiosos, observante­s y fieles defensores de Dios. Si tuviéramos que buscar un equivalent­e, diríamos que eran los de “misa diaria”; esta comparació­n no es justa e incluso es ofensiva en sí misma, pero nos sirve para entender que los apóstoles estaban siendo invitados a ser mejores que los mejores de los judíos. Pero ¿mejores en qué? Desde luego, no se trataba de ser más puntilloso y exigente en cuestiones litúrgicas o en asuntos rituales (descanso del sábado, reglas culinarias, impuestos al templo, etc). Lo que Jesús quería era que se superara por arriba la limitación que mantenía encorsetad­o el corazón del buen judío, del fariseo. Ciertament­e, esto solo lo pudieron entender bien los apóstoles al final de la vida de Cristo (cuando, en la Última Cena, les da el mandamient­o nuevo) y, sobre todo, después de la venida del Espíritu Santo. Pero ya entonces pudieron comprender algo de lo que el Señor quería enseñarles. Para Jesús no se trataba de quedarse contento con no hacer el mal o con cumplir las leyes; lo que Él pedía a sus seguidores es que fueran más allá, que hicieran todo el bien posible, que no se quedaran satisfecho­s hasta que no hubiera ayudado al prójimo con todas sus fuerzas. Cristo no pedía ni pide imposibles; pide, simplement­e, que amemos. Y amar empieza por no hacer el mal y sigue por hacer el bien. Como él hizo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras