Dilemas morales de ”Silencio”
Hace pocos días me topé con una disyuntiva ética y moral desconcertante. No por el dilema en sí, sino más bien por las reacciones encontradas que ha suscitado. La reciente película “Silencio” de Martin Scorsese es capaz de generar reacciones dispares. Por un lado, los que mencionan que aborda cómo habría de comportarse un cristiano en un ambiente adverso y, por otro, los que ven en esta historia una apología de la apostasía. Basada en el libro homónimo de Shusaku Endo, en su momento se convirtió en un betseller de más de dos millones de copias vendidas y ganador del prestigioso premio Tanizaki. La historia está ambientada en el Japón del siglo XVII y narra la labor misionera de los jesuitas en momentos en que arrecia la brutal persecución religiosa en contra de miles de cristianos recién convertidos. Los numerosos mártires son testimonio de la valentía y heroísmo de muchos creyentes, pero el principal objetivo del magistrado principal de Nagasaki es conseguir la apostasía de algún misionero para disuadir a los neófitos de la verdadera fe. La historia comienza en Lisboa. Corren rumores de que el padre Ferreira, un brillante teólogo y misionero por treinta y tres años, ha apostatado. Sus discípulos Rodrígues y Garupe no quieren creer en la traición de su maestro y piden autorización a su superior para ir a Japón como misioneros. Su motivo principal es reafirmar en la fe a los cristianos perseguidos, pero también dilucidar las dudas sobre la apostasía de Ferreira. A raíz de la persecución, Japón rompe relaciones comerciales con Portugal y los dos misioneros han de llegar de incógnito guiados por Kichijiro, antiguo creyente que abjuró de la fe cuando toda su familia fue masacrada.En uno de los momentos cruciales de la historia se presenta a Rodrigues un dilema angustioso. Él, que está dispuesto a defender su fe en Dios entregando su propia vida, comienza a flaquear cuando le dicen que si no apostata será martirizado un grupo de campesinos fervientes católicos. Con astucia diabólica se plantea el dilema: la propia fe o la vida de muchos japoneses.