Traiciones y misericordia
El libro y la película, “Silencio”, no reflejan la verdadera historia de la evangelización en el “País del sol naciente”. Muestra una visión un tanto curiosa del cristianismo. El dilema es resuelto con un Rodrigues que traiciona sus propios principios en aras de la vida del grupo de creyentes. Se da a entender que actúa de esta forma obedeciendo un mandato del mismo Salvador. Al final se da a entender que este antiguo fervoroso misionero, en realidad, renunció a su fe solamente de labios para fuera. En su corazón nunca lo hizo. Algún famoso periodista ha querido usar el argumento antiguo de la “disciplina del arcano” para justificar un comportamiento similar en ambientes de persecución. Este argumento, defendido por san Agustín por ejemplo, define que en un ambiente adverso es lícito mantener una prudente discreción sobre la propia vida o el contenido de la doctrina. No mostrar lo que no hace falta a los que no están en condiciones ni deseos de entender. Sin ánimos de polemizar, en la historia planteada estamos hablando de otra cosa. No es mi intención juzgar la debilidad humana, capaz de todos los errores y traiciones. Tampoco obviar la misericordia de Dios, que siempre perdona al de corazón arrepentido. Sencillamente reflexionar sobre una historia que parece haber hecho templar la solidez de las convicciones de algunos. Me parece que el dilema se resuelve con la radicalidad que el mismo Cristo vivió entregando su vida en la Cruz. Se resuelve de forma diáfana cuando recordamos que el primer mandamiento es amar a Dios sobre todas las cosas y luego después, como consecuencia y manifestación, amar al prójimo como a nosotros mismos. Aclaramos nuestro juicio cuando caemos en cuenta que el verdadero tesoro del cristiano es alcanzar la vida eterna, la vida temporal es don y medio para conseguirla. El verdadero Amor a Dios exige radicalidad. O se está con Él o contra Él nos ha dicho en el Evangelio. No puede existir en una vida rota que muestra por fuera lo que por dentro no es. JUAN CARLOS OYUELA