Sampedranos no dejan morir la pasión por los autos clásicos
La Asociación Hondureña de Autos Clásicos y Antiguos registra entre 10 y 15 nuevos miembros al año Van ocho ingresos en lo que transcurre de 2017
Lo clásico no significa viejo. Y cuando de carros se trata, más que afición es una pasión.
Lo clásico no significa viejo. Y cuando de carros se trata, más que afición es una pasión. En San Pedro Sula y en el país, muchos hondureños se han unido bajo un mismo sentimiento: el amor por los autos clásicos. Los automóviles son uno de los mejores inventos hechos por el hombre y desde la fabricación del primero en 1769, cuando se creó uno propulsado por vapor, la apariencia de estos ha evolucionado. Esto ha provocado que con el paso del tiempo muchos vehículos hayan dejado de comercializarse, pero en la ciudad existen personas que se encargan de restaurarlos, conservarlos e incluso montar convenciones para mantenerlos rodando. Jorge Siwady, presidente de la Asociación Hondureña de Autos Clásicos y Antiguos, dijo que esta es una afición que nace muchas veces por el valor histórico y sentimental que tiene un automotor y en otras ocasiones por el valor monetario que adquiere la colección. Desde su creación en 2002, la asociación ha logrado aumentar su cantidad de miembros, que a la fecha rondan los 100. “Hace unos cuatro años ha despertado más el interés por la colección de autos históricos. Anualmente tenemos entre 10 y 15 nuevos miembros. Ahorita, en lo que va de 2017, tenemos ocho nuevos ingresos”, dijo Siwady. Explicó que la plusvalía que pueden llegar adquirir las unidades varía de acuerdo a la cantidad de ejemplares que existan actualmente. Esta aumenta aún más si toma en cuenta que en ellos se movilizaron figuras como expresidentes. “Uno de los integrantes tiene el carro que trasladó a Leonardo Callejas a su toma de posesión, es un Mercury de los años 50”.
Adeptos. En la ciudad hay constituidos al menos seis clubes de coches clásicos con variedad de marcas, modelos y años de fabricación. El grupo Toyoteros de Sula cuenta con Toyotas Land Cruiser que van de 1964 a 1984. Ellos realizan encuentros para que las personas puedan conocer la historia de los automóviles. Arturo Gutiérrez, presidente del club, refirió que uno de los desafíos que tiene la colección de autos antiguos, es que muchas de las piezas no se producen en el país y tienen que comprarse en naciones como China y Alemania. José Paz, integrante de Toyoteros de Sula, señaló que lo gratificante de la afición es que las personas se emocionan al ver los vehículos en la calle. Carlos Escobar, representante del club la Fusca, encargados de coleccionar autos de la marca Volkswagen, considera que es importante que las nuevas generaciones conozcan cómo han evolucionado los automóviles. Varias veces al año realizan exposiciones para que la gente los aprecie.