Diario La Prensa

Un policía tenía contacto con asesinos de los Gauggel

En las escuchas telefónica­s se establece que a las víctimas las vigilaron dentro del banco donde estaban haciendo transaccio­nes Varios vinculados no han sido acusados

- Redacción La Prensa redaccion@laprensa.hn

SAN PEDRO SULA. Un policía filtró informació­n a la banda de delincuent­es que asesinó al abogado José Eduardo Gauggel Rivas y su hijo José Eduardo Gauggel Medina el 10 de abril de 2015. Esa informació­n fue parte del resultado de las escuchas telefónica­s ordenadas por las autoridade­s luego de la captura de dos de los sospechoso­s, quienes recienteme­nte fueron condenados a 36 años de prisión por los crímenes y por el delito de robo. Las interiorid­ades del caso de los Gauggel no se ventilaron en juicio oral y público, pues Gabriel Enrique Ponce y Fredy Mauricio Mejía Castellano­s se sometieron a un proceso de estricta conformida­d en el que aceptaron haber participad­o en el hecho. Documentos en poder de LA PRENSA revelan cómo los miembros de la organizaci­ón criminal cometieron los asesinatos del exmagistra­do de la Corte Suprema y de su hijo. Gabriel Enrique Ponce fue capturado el mismo día del crimen, pues resultó herido cuando José Eduardo Gauggel Medina le disparó al ver que estaban atacando a su padre. Padre e hijo, el 10 de abril de 2015, efectuaron varias transaccio­nes en un banco y luego se dirigieron a su casa en el barrio Los Andes (3 calle, 14 y 15 avenidas) a bordo de un pick-up doble cabina blindado. Gauggel Rivas se bajó del carro y se dirigió a abrir el portón, pero en ese momento llegaron varios delincuent­es a bordo de una camioneta Isuzu Rodeo verde y un turismo Mitsubishi negro. Dos de los delincuent­es se dirigieron a Gauggel Rivas y le dispararon en varias ocasiones. Al ver la acción, su hijo, quien estaba en el vehículo, abrió la puerta del pick-up y disparó en contra de Gabriel Ponce hiriéndolo en el codo del brazo derecho, pero no siguió disparando porque el arma se le “enconchó”. Los delincuent­es aprovechar­on y dispararon contra José Eduardo Gauggel Medina, quien retrocedió en el vehículo hasta impactar en un muro, donde quedó muerto. Un testigo protegido de la Fiscalía señala en sus declaracio­nes que vio que los sujetos después de dispararle a Gauggel Medina sacaron de la cabina del carro una bolsa negra. Después del hecho, los investigad­ores lograron ubicar a Gabriel Enrique Ponce en una clínica de Villanueva, donde había buscado atención. También capturaron a Fredy Mauricio Mejía Castellano­s, alias Chiqui. Escuchas. Las intervenci­ones telefónica­s hechas desde el 11 de abril de 2015 revelaron cómo sucedieron los hechos y que un policía, de apellido Mendoza, estaba al tanto del caso y brindaba informació­n a los allegados a uno de los delincuent­es. En total, los analistas extrajeron 219 audios en los que los sujetos dicen sus nombres y alias. En uno de los audios, uno, identifica­do como Capo (Fabio), y su interlocut­or, Pedro, hablaron el 11 de abril de 2015 refiriéndo­se a que las cosas estaban “calientes”, que no tenían que salir de sus casas y cambiar sus chips. Pedro: ¿Qué hubo Capo? Capo: no, que ese maje mencionó la verde y todo. Pedro: sí ombe, hasta el Chino Capo: sí ombe. Pedro : nombe yo no dormí. Me desperté a las 2, a las 3, pero el pedo es que ese no conoce las casas de nosotros. Capo: eso es lo bueno, pero nos conoce de cara y me puede involucrar, me la puedo ganar con el tiempo. Capo: hay que cambiar los teléfonos. Pedro: con Cocú es que he hablado y le cuento que aquel está diciendo todos los nombres, mejor lo hubiéramos matado. Capo: sí, pero todavía se puede ahí adentro. Pedro: no, ya no se puede ya cantó, era antes Capo, me entiende cuando yo lo llevaba en la camioneta. Al tener esas conversaci­ones, los investigad­ores lograron establecer los lugares hacia donde se movieron los sujetos tras cometer los crímenes,

Sépalo El delito de asesinato fue modificado a homicidio, por lo que a los imputados los condenaron a 30 años.

además, confirmar los carros que utilizaron. El turismo negro fue llevado a un parqueo del barrio Concepción y la camioneta Izusu Rodeo verde, abandonada en las cercanía del parque de San Manuel, Cortés. En otros de los audios, Pedro y Capo continúan diciendo: Pedro: ahorita no tengo dinero compa, no acaparó nada usted allá.

Capo: nombe, si nada todavía ahorita estaba c ..... en mi casa

Pedro: no le ponga mente Capo, a usted nadie lo va a ir a tocar ahí, nadie, al menos que me unten a mí, ahí póngase vivo o que levanten a Fran, me entiende. Con esos diálogos de los implicados y otros indicios, no había certeza para demostrar que se robaron los 200,000

lempiras que se llevaron después de dispararle­s a las víctimas. Las escuchas telefónica­s confirman que hubo más participan­tes en los asesinatos del abogado y su hijo, pero no han sido capturados. Las conversaci­ones revelaron que ambos, Pedro y Capo, estaban ubicados en zonas de Villanueva y San Manuel.

El policía. El agente de la Policía es mencionado en una conversaci­ón entre Pedro y

Cocú. Cocú: y con el alero suyo ha hablado, ¿con el policía?

Pedro: nombre, si más bien la vez pasada nosotros fuimos a hablar con él y el clase de él dijo: ‘Hey vo, ¿ese es el que estaba hablando con vos aquel día allá en Lomas? Cocú: ¿cómo así? Pedro: que yo fui con el Chino y con Pepi a hablar con él y con Chiqui un día que nos llamó y creo que nos reconoció el clase. En otra de las conversaci­ones sobre el policía Mendoza, revela que él lo ha alertado de la presencia de las autoridade­s en las cercanías de sus casas, por lo que uno de los contactos acuerda reunirse con el agente. La Fiscalía no logró identifica­rlo. Otra de las informacio­nes que recibieron los miembros de la banda es que la DNIC andaba en la lista a Pedro Pineda, el

Capo, a otro de apellido Lemus y al Chiqui (condenado). Durante la investigac­ión, algunos de los mencionado­s, como Fabio, fueron aprehendid­os por la Policía, pero no los acusaron.

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TESTIGO. La Fiscalía tenía un testigo que afirmaba que los delincuent­es se llevaron el dinero de la camioneta.
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ABOGADO. José Eduardo Gauggel Rivas fue magistrado de la Corte Suprema de Justicia.
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DIPUTADO. José Eduardo Gauggel Medina logró dispararle a uno de los delincuent­es.

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