Efectos secundarios de la Depuradora
Cuando una grave enfermedad ataca un cuerpo hay que actuar de inmediato con la medicina correcta, aunque en muchas ocasiones los efectos secundarios puedan empeorar las cosas y terminar más rápido con la vida del enfermo, ese es el caso de la Comisión de Depuración de la Policía, cuyas acciones, si bien son elogiadas por la población en la tarea que se les ha asignado, esas mismas acciones están generando muchas preguntas que se necesitan abordar tarde o temprano, así como la necesidad de proveer a la Policía Nacional de los elementos que salen de sus filas casi semanalmente. ¿Tendrá un plan la Comisión de Depuración para este tema? No lo sabemos. Pero lo cierto es que hay mucha preocupación por estas salidas permanentes de policías, no en el sentido de que sean erróneas para el problema que se está enfrentando, como lo es la continua y permanente corrupción entre los uniformados. Esta preocupación va más allá, hacia el futuro, pues en la ciudadanía ha comenzado la pregunta de qué se hará con todos los uniformados que son retirados de las filas de la Policía. Se les dará un seguimiento, se creará un programa de educación y saneamiento de estos elementos con el fin de prepararlos para su reinserción en la vida del país. Esta es una pregunta y preocupación legítima de la población, pues los ejemplos de procesos similares que se han hecho en otros países de América Latina sin tener en cuenta el elemento de la prevención, como en el caso de las fuerzas paramilitares en América del Sur, han provocado el surgimiento de otros grupos igualmente delictivos, pero con más herramientas a su disposición por la experiencia acumulada. El otro elemento es que, en momentos en que el país se arrodilla en el tema de seguridad pública, estas salidas de los elementos de la Policía se tienen que hacer sentir en la estructura de la Policía, que de por sí no ha contado con los miembros suficientes para dar una respuesta adecuada a los reclamos de seguridad e intervención por parte de la ciudadanía. Ya nadie pone en duda la necesidad de más elementos policiales, y los políticos que antes atacaban el fortalecimiento del cuerpo policíaco y militar se han quedado sin argumentos ante una ola de delincuencia que rebasa las fuerzas estatales. Si ya de por sí el cuerpo policial estaba debilitado en cuanto a personal, cuál es el impacto que está teniendo la salida por centenares de sus miembros casi semanalmente en los planes de seguridad de la institución. Policías exprés. En el gobierno de Manuel Zelaya se trató de incorporar miembros de la Policía Nacional que se formaban en un período de tres meses, pero sus deficiencias eran claras, por lo que la noción de formar un policía exprés ya está descartada; entonces cómo se está sustituyendo el personal que sale de la Policía con el fin de no debilitar su estructura de respuesta ni los planes de seguridad, si es que se los está sustituyendo. Como también se tiene que comenzar un proceso formativo de esta nueva Policía con urgencia, con suficientes elementos no solo para cubrir vacantes, sino para estar permanentemente en vía de profesionalizar la Policía Nacional. Estos efectos secundarios de la Comisión de Depuración de la Policía se tienen que tomar en consideración en el corto plazo, pues si bien su papel es precisamente la depuración, no menos cierto es que si no se auxilian de los elementos de prevención y fortalecimiento de la Policía, la medicina puede resultar peor que la enfermedad, y sabemos que los tiempos de las excusas se han terminado, que el hecho de decir esa no era mi responsabilidad es una frase que ya no se acepta en estos tiempos de crisis. No podemos estar pidiendo que nos presten paraguas hasta que ha comenzado la tormenta.
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