LareaLidadde Losinmigrantes
on 11 millones, dicen las mejores estimaciones, los que trabajan en los campos estadounidenses, hasta arriba de las torres a medio construir y en las cocinas de los restaurantes, y llenan los salones de clases, los centros de detención y los juzgados de inmigración en Estados Unidos.
En el imaginario popular, los no autorizados - las personas que viven en Estados Unidos sin permiso del gobierno estadounidense – son hispanos, en su mayoría mexicanos, y cruzaron la frontera suroccidental en secreto.
Para sus defensores, son familias y trabajadores que aceptan empleos que nadie más quiere, no se meten en problemas, están aquí solo para ganar suficiente para tener vidas mejores y más seguras para ellos y sus hijos.
En la Casa Blanca, son parias, criminales que amenazan los barrios estadounidenses, se roban los empleos estadounidenses, sangran los recursos estadounidenses y explotan la generosidad estadounidense: son personas a las que se debería expulsar y así será.
Los inmigrantes no autorizados pueden ser muchas de estas cosas y más. Once millones permiten una gama considerable, cruzada de contradicciones.
Es posible que no haya un símbolo más poderoso de cuán obsesivamente los estadounidenses asocian a la inmigración ilegal con México que el muro que el presidente Donald Trump ha propuesto construir a lo largo de la frontera sur. Sin embargo, muchos de los no autorizados no son mexicanos; casi una cuarta parte ni siquiera son hispanos.
Después de México, Guatemala, El Salvador y Honduras, el mayor número de inmigrantes no autorizados corresponde a China (aproximadamente 268,000). Y China es uno de los 23 países que no cooperan con las deportaciones. (El gobierno de Trump ha prometido presionar a los 23 países para que lo hagan.)
Tienden a ser más jóvenes – el Centro de Investigación Pew ha encontrado que la media de los inmigrantes no autorizados adultos es cerca de una década