Europa, dos velocidades
Una Europa a varias velocidades se ha convertido en la esperanza de los mayores países de la UE para sacar a la Unión de la conmoción del “brexit” y acallar los reproches de que la maquinaria comunitaria no va, mientras es vista con recelo por los socios del Este, que temen quedar en una órbita lejana. Casi un tabú desde que en 2004 la UE inició su expansión al Este, la “Europa a diferentes velocidades” ha pasado a protagonizar con cada vez más naturalidad los debates en el seno comunitario como un camino que debe seguir la Unión para garantizar su supervivencia. El presidente de la Comisión Europea (CE), JeanClaude Juncker, artífice de un libro blanco con hasta cinco escenarios para el futuro de la UE tras la salida del Reino Unido, insistió hoy tras una reunión informal de líderes de los otros veintisiete países que la intención no es imponer un “nuevo telón de acero”. “No es un método de exclusión, sino de organizar el progreso de aquellos que quieren hacer más”, aseveró. “Flexibilidad en la profundización de la integración y preservar el principio de apertura, que no se excluya a aquellos que aún no formen parte”, es la fórmula, según dijo Michal Baranowski, director para Polonia del centro de estudios con base en Bruselas German Marshall Fund de EUA, a Efe. Esta Europa a distintos ritmos, potenciando herramientas que ya incluyen los tratados como la “cooperación reforzada”, que permite avanzar a al menos nueve países, ya la han respaldado con fuerza Alemania, Francia, España o Italia, mientras que estados del Este como Polonia o Hungría han aprovechado la cumbre de Bruselas para expresar sus dudas sobre ello. “Es algo que no gusta nada a Polonia ni a otros países del Centro y Este de Europa”, comentó Baranowski, quien apuntó a la “geometría variable en la integración de la UE”. (Corresponsal de EF).