Cachiros mataron a 26 en Colón, 16 en SPS y 13 en Tegucigalpa
Devis Rivera Maradiaga, exjefe del cartel, reveló que mataron a Julián Arístides, Alfredo Landaverde y Aníbal Barrow Durante sus matanzas incluso murieron menores de edad
Durante al menos una década el grupo narcotraficante hondureño denominado Los Cachiros hizo correr ríos de sangre en el país, como aceptó en una corte de Estados Unidos el propio Devis Leonel Rivera Maradiaga, exjefe de esta organización criminal. Según consta en un documento oficial de la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, elaborado en abril de 2016, Devis Rivera Maradiaga aceptó ser responsable del asesinato de 78 personas y dio con todo detalle la lista de las muertes que fueron ordenadas por Los Cachiros. Incluso, de las 15 personas contra quienes atentó. Un diputado, una abogada, un dirigente deportivo, dos periodistas y varios supuestos miembros de bandas rivales son parte de su lista de muertos. Devis Rivera contó que de 2003 a 2013 Los Cachiros fueron responsables de al menos 26 muertes en el departamento de Colón, y de unas 16 en la ciudad de San Pedro Sula, 13 en Tegucigalpa, 4 en Olancho, e incluso uno en Quebec, Canadá, además de otros varios asesinatos en sitios que no fueron especificados. Ni siquiera niños se salvaron en las más de siete matanzas de las que son responsables Los Cachiros. Arístides y Landa verde. Algunas de las muertes demás alto impacto que han sacudido a Honduras fueron ordenadas por Los Cachiros. Uno de estos crímenes fue el asesinato que Devis Rivera confesó que ordenaron contra el zar antidrogas Julián Arístides Gonzales en 2009, junto con otros narcos. Según la confesión de Devis Leonel, otra de las muertes ordenadas por Los Cachiros fue el asesinato contra Alfredo Landaverde en 2011, quien
era exasesor de la Secretaría de Seguridad y además fundador del Partido Demócrata Cristiano. En abril del año pasado, el periódico estadounidense The New York Times dio a conocer dos informes de la Inspectoría General de la Policía de Honduras en los cuales se revela que fueron policías, incluso al más alto nivel, los encargados de planificar y ejecutar los asesinatos de Julián Arístides y de Alfredo Landaverde. En su declaración como testigo contra Fabio Lobo, Devis Rivera dijo este 6 de marzo en una corte de Nueva York que él participó en una reunión con varios, según él, narcotraficantes, en la cual se tomó la decisión de matar a Julián Arístides. Los nombres de las personas con las que Devis Rivera afirma que se reunió y con quienes tomó la decisión para asesinar al general fueron “Fredy Nájera, Neftalí Duarte Mejía, Eliel Sierra, Ramón Matta, Luis Valle, Arnulfo Valle, Wilter Blanco, Ton Montes, Tito Montes, y Juan Carlos Montes”, según consta en la declaración. El Cachiro relató que por este asesinato se pagaron entre $200,000 y $300,000.
Brutalidad. El 24 de junio de 2013 se reportó el secuestro de Aníbal Barrow, un reconocido periodista hondureño de televisión. Barrow fue secuestrado en San Pedro Sula; pero pasaron varios días y el periodista no era encontrado. El 4 de julio de 2013, casi dos semanas después de la desaparición de Barrow, las autoridades lograron capturar a sus secuestradores. El 9 de julio de 2013, las autoridades de Honduras anunciaron el hallazgo de un cadáver en una laguna en la zona de Dos Caminos, del municipio de Villanueva, Cortés. Un día después, el 10 de julio de 2013, el Ministerio Público confirmó que el cadáver hallado era el cuerpo de Aníbal Barrow, quien fue asesinado de un balazo y luego fue desmembrado. Aunque se atrapó a los autores materiales, era un misterio saber quiénes eran los autores intelectuales de Barrow, hasta ahora que Devis Rivera confesó que tras la muerte y desmembramiento del periodista también estuvieron Los Cachiros. Este fue otro de los crímenes de más alto impacto en los últimos años en Honduras. En el testimonio de Devis Rivera, que consta en un documento de la Fiscalía de Nueva York elaborado en abril del año pasado, el narcotraficante confiesa que otra de las muertes ordenadas por Los Cachiros fue la del diputado liberal Juan Ramón Salgado. El legislador del departamento de Colón fue atacado a balazos por desconocidos el lunes primero de mayo de 2006 a las 7:00 pm cuando se encontraba descansando en una hamaca en el corredor de su casa en la colonia Aurora, San Pedro Sula. Salgado Cuevas logró sobrevivir a los nueve impactos de bala de fusil M- 16 y calibre nueve milímetros que recibió y fue llevado a un hospital, pero murió horas después. Hasta ahora se revela que fueron Los Cachiros quienes ordenaron su muerte. Devis también dijo que es responsable de la muerte de la abogada Judith Alemán, acribillada en noviembre de 2011 en la colonia Lomas del Guijarro en Tegucigalpa. En el tiroteo también murió una asistente y su guardaespaldas que iban con la abogada en una camioneta.
Peleas entre capos. La lista de muertes revelada por Devis Rivera también dio a conocer que Los Cachiros no perdonaban a sus rivales. Prueba de ello es la masacre que ordenaron ejecutar en mayo de 2008 cuando en una balacera perecieron cinco personas en el negocio Bailables El Occidente en San Pedro Sula. Desde que se ejecutó la matanza, las autoridades hondureñas señalaron que el supuesto móvil era problemas de narcotráfico. Los muertos en ese incidente fueron Salvador Regalado Ramírez, Jesús Humberto Orellana Ramírez, Carlos Luis Aguirre Ramírez, Hermaín Paz y Santos Eduvin Blandín. Devis Rivera tam-
bién contó que su organización criminal estuvo tras la masacre efectuada en abril de 2010 en la que el presunto narcotraficante Juan Osorto, también llamado Héctor A. Portillo, alias Juan Zorro o Gato Negro, fue acribillado. En hechos diferentes también perdió la vida su primo Fredy Alexis Osorto Sánchez y seis miembros del cuerpo de seguridad del apodado Gato Negro. Según las autoridades, Juan Osorto era “uno de los delincuentes más buscados” en ese entonces. Otra muestra de lo sanguinarios que eran Los Cachiros con sus rivales fue la masacre ejecutada en octubre de 2011 en la entrada al aeropuerto Ramón Villeda Morales, adonde varios miembros de la banda Los Grillos fueron asesinados a balazos. Tal fue su alcance que hasta Quebec, Canadá, mandó a matar a Sonia Marlen Ramos, a quien supuestamente le había matado a sus parientes.