Justicia y luminarias
La iluminación escénica del interés nacional está enfocada, con justa y noble razón, en las últimas semanas en un tribunal de Nueva York, donde las declaraciones sobre las tramas, enredos y tentáculos del narcotráfico en nuestro país, al más alto nivel, van poniendo en su lugar a personas a medida en que se les va arrebatando la impunidad con la que se protegían. En esta misma columna hace unos días señalamos que el detonante había sido activado y la detonación comenzaba a sentirse. Sin embargo, en honor a la justicia no hay que echar al olvido o relegar otros casos sobre los que pasan los años sin que se perciba movimiento en la investigación, mucho menos en la judicialización, y muchísimo menos en el fin del proceso con resolución en los tribunales. Si lo primero no camina es iluso y utópico pensar en el final, de aquí que LA PRENSA en su edición de ayer señaló que se hallan “empatanados casos de corrupción en SPS”. Se refiere el trabajo periodístico a, por lo menos, 13 casos de corrupción en el Instituto Hondureño de Seguridad Social, donde construcciones millonarias están inutilizadas, otras fueron sobrevaloradas, equipo para cardiología donado está abandonado, una ambulancia hechiza que por años se encontraba bajo cobertizo fue trasladada, en fin, que falta tanto por hacer, casi todo, que no debemos aceptar como cortina de humo lo que está sucediendo en la Unión Americana. “Avances, siendo realistas, no hay ninguno, ya que el Ministerio Público solo se encuentra en proceso de investigación, pero no hay avances sustanciales como para decir que se va a presentar un requerimiento fiscal porque no lo vemos”, explica Odir Fernández, jefe de investigación del Consejo Nacional Anticorrupción. Más claro no canta un gallo mañanero. Lento y complicado es la síntesis veraz sobre el pantano en que se encuentran casi hundidos y atrapados los casos de corrupción, por lo que lo único que se mantiene en tan inhóspito y adverso ambiente es la impunidad. En esta columna nos hemos referido reiteradamente a la necesidad de hacer justicia a las víctimas del saqueo del IHSS. Muchas de ellas no podrán celebrar ya, si llega el triunfo, pero miles de cotizantes y los beneficiarios sí, mediante una atención pronta, sin mora quirúrgica, con entrega de medicamentos, oportunos resultados en laboratorios, internamiento hospitalario, puntual pago de incapacidades y revalorización de las jubilaciones. ¡Difícil!, no obstante, hay muchos derechohabientes que aún recuerdan las bondades, los beneficios y la humanidad en el IHSS. Eran aquellas décadas en que la honestidad, la honradez y el profesionalismo, de arriba hacia abajo, resplandecían en la institución, que se ha de rescatar plenamente con la eliminación total de la impunidad, desarraigo de la corrupción y entronización de la justicia para los derechohabientes, con cuyos pagos mensuales se mantiene el Seguro.