Llaman a cuidar el agua potable
Desde 1993, las Naciones Unidas adoptó el 22 de marzo de cada año como Día Mundial del Agua para llamar la atención sobre su importancia y cuidado
Autoridades regionales del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (Sanaa), hacen un llamado a la población ceibeña a cuidar el agua en el marco del Día Mundial del Agua, que se celebra cada 22 de marzo. “Hace más de quince años estamos con la campaña que los ceibeños deben prepararse para recibir el verano porque habrá escasez de agua. Hay personas que no tienen ni pilas para almacenar, ni ningún otro recipiente para cualquier tipo de emergencia por falta de agua. El ceibeño tiene que estar preparado para almacenar agua”, apuntó Denis Estrada, jefe de acueductos del Sanaa. En La Ceiba, desde hace más de cinco décadas no se construye un nuevo proyecto para mejorar el servicio de agua potable. El acueducto está obsoleto, es por eso que los ejecutivos del Sanaa llaman a no desperdiciar el agua y a cuidarla. “Se debe hacer uso racional y responsable del agua ya que en verano las cuencas hidrográficas bajan su caudal”, añadió Estrada. Hay más de 700 millones de personas que no tienen acceso a agua limpia y potable para llevar una vida sana. En la edición de 2016 del Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo se estima que alrededor de 2,000 millones de personas necesitan tener acceso a unos servi- cios de saneamiento mejores y se indica que las niñas y las mujeres se encuentran especialmente desfavorecidas en ese sentido. El acceso al agua potable y al saneamiento es esencial para los derechos humanos, la dignidad y la supervivencia de mujeres y hombres de todo el mundo, en especial los más desfavorecidos. También es decisivo para avanzar en la consecución de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en su conjunto, puesto que el agua es un hilo conductor de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y sus metas interrelacionadas. Ante la demanda creciente, las aguas residuales pueden constituir una alternativa fiable como fuente de abastecimiento de agua; para ello es preciso cambiar el paradigma de la gestión de las aguas residuales, pasando de “tratar y desechar” a “reducir, reutilizar, reciclar y recuperar”. Las aguas residuales ya no deberían verse como un problema, sino como parte de la solución para problemas a los que se están enfrentando todas las sociedades.