Terror en Londres
El aguijón del terrorismo internacional se activó de nuevo en Europa haciendo daño con su veneno en la capital inglesa. El Estado Islámico se ha acreditado el ataque, en el cual se tocó el mismo corazón del reino inglés. Cuando exactamente se cumplía un año del ataque en Bruselas se perpetra un atentado más que con honestidad debemos admitir no será el último en un mundo agonizante y en crisis. Desde la creación de la Organización de las Naciones Unidas a mediados del siglo pasado, las confrontaciones bélicas entre las naciones se han incrementado y ahora con la aparición malévola de organizaciones terroristas el desafío se torna más complejo para la diplomacia internacional. En este nuevo mundo ya no hablamos como en otrora de conflictos internacionales convencionales en los cuales los Estados hacían valer los medios pacíficos de resolución de conflictos como la negociación, buenos oficios, mediación, e incluso medios jurídicos como el arbitraje y las instancias jurisdiccionales internacionales. El mundo ha cambiado en su configuración geopolítica con la existencia de nuevos actores como sujetos atípicos del derecho internacional como las organizaciones terroristas que como serpientes sigilosas espían a su presa para atacar de formas no convencionales. Las grandes instancias internacionales del derecho como la ONU, la OEA y la UE deben replantear sus estrategias y visiones para un mundo globalizado, entendiendo que su beligerancia es importante para el mantenimiento del orden mundial. De otra manera, organizaciones como el Estado Islámico seguirán sembrando el terror en las naciones. Ya tenemos suficiente con líderes como Trump, Kim Jong-Un, Putin y otros como para que el mundo tenga que lidiar también con el terrorismo que pretende inmovilizar al planeta a través de la violencia y el miedo.