Diario La Prensa

El fatalismo y los negocios

- Rómulo Emiliani unmensaje_alcorazon@yahoo.com

El más importante negocio es su propia vida yes la empresa ala que usted tiene que dedicar le la mayor atención. Por más éxito que tenga usted en los negocios y otras actividade­s, si es un pobre desgraciad­o que se olvidó de reír, de abrazar, de consolar, de creer, deamary perdonar, de comunicars­e sinceramen­te escuchando y expresándo­se, usted ha fracasado notable mente. Su mayor inversión debes eren su propia persona, entiempo, dedicación, atención, cultivo de principios, purificaci­ón de actitud es negativas, lectura, oraciónyfe. Pues hoy quiero tocar el tema de algo que puede estar socavando todo su desarrollo humano y espiritual, yes el fatalismo .¿ Y qué es eso? Es la actitud y comportami­ento de personas que creen que todo ya está“escrito ”, que las“estrellas o inclusive el destino, o el universo ”, han trazado su camino yquenada se puede hacer para cambiar las cosas. Que ya hay una trayectori­a definida por fuerzas externa se internas que lo conducirán al fracaso, aladerrota, alaaniquil­ación. Eso es falso. Esta actitud puedes eren parte he redada por un contexto familiar de personas que han cultivado el nega ti vismoy que todo lo han visto de manera pesimista. Que en su lenguaje y comunicaci­ón diaria son comunes las ex presiones como: “nada se puede hacer ”,“para qué luchar más por esto ”,“retirémono­s de aquello porque será un fracaso ”, “no creas que será posible, ya que nadie lo ha logrado ”,“no creas en nadie ”, etc. Cómo in fluye el lenguaje en el comportami­ento humano. El fatalismo es contagioso y hay sociedad es y hasta países donde reina el des ánimo y el pesimismo y se crea una cultura de la sospecha donde nadie cree en nadie. Es común encontrar personas que dicen :“en nuestro país sólo hay corrupción ”,“no servimos para nada ”,“todo lo extranjero es mejor ”, “para qué emprender esto si será un fracaso ”,“no vamos a ninguna parte ”, y así se crea un ambiente y hasta una cultura del nega ti vismo con la percepción y prejuicio de que ser nacional de ese país no sirve para nada yes hasta vergonzoso. Entonces como el motor del desarrollo humano y sociales tenerla certeza de que el ideal propuesto es válido y de que lo podremos lograr si creemos en nosotros mismos, porlotanto, sicultivam­osuna autoestima positiva, alta y permanente, no habrá manera de lograr nada individual y colectiva mente, sino eliminamos el nega ti vismoy el fatalismo. Y ese es nuestro gran reto. ¿Cómo se han levantado países que han estado en la ruina total? Vea usted el caso de Alemania y Japón, devastados en la segunda guerra mundial, habiendo perdido parte desumayorr­ecurso, elcapital humano, con millones de personas muertas y destruida gran parte de su infraestru­ctura de carreteras, fábricas, producción agrícola y otros muchos bienes materiales .¿ Qué pasóconell­os? Escierto, Estados Unidos ayudó en la recuperaci­ón, pero el alma japonesa, e igual pasa conel almaaleman­a, siempreha creído en sí misma, tiene conciencia de nación, practica la solidarida­d y trabaja con disciplina y organizaci­ón. Ellos, esos dos pueblos, han creído que pueden re surgir y asílohanhe­cho, reorganizá­ndose, reconstruy­éndose, recuperán- dos e en todos los órdenes y allí los vemos los primeros en tecnología, seguridad, economía, transporte, democracia. Cultivar el fatalismo es mantener la conciencia de un alma primitiva quedaba poder divino al rayo, las lluvias, las estrellas, el sol, los hechiceros y adivinos. El fatalismo cree firmemente que fuerzas externas lo dominanaun­o, locondicio­nanyle impiden el desarrollo. Yesoesabsu­rdo. Tenemos fuerzas interiores inmensas dispuestas a manifestar­se, a desarrolla­r se si descubrimo­s ideales y causas grandes y luminosas por las que vivir. Se harán presentes sin creemos en nosotros mismosyenD­ios. El fatalismo se alimenta de pensamient­os y actitud es negativas y frena cualquier impulso de superación, detranscen­dencia, de crecimient­o individual y social. Hay sociedad es enteras que“no levantanla­cabeza” ysesienten siempre conducidas al fracaso. Hay gruposecon­ómicos, comomicro, pequeñas y medianas empresas, al igual que cooperativ­as, que caen en una especie de hipnosis colectiva, y comienzan a creer ya pronunciar en su mente y verbalment­e frases como estas :“somos unos fracasados, no podremos salir adelante, los otros son mejores, nuestros productos no tienen calidad, todo está muy difícil, el mercado no compra nicomprará, etc.” Hay que romper ese hechizo, esa maldiciónn­uestra. Noescierto que todo está escrito. Somos los autores y protagonis­tas de nuestro propiodesa­rrollo. Podemoshac­er cosasgrand­es, hermosas, excelsas, siempre con Dios con quien somos invencible­s.

EL FATALISMO ES CONTAGIOSO Y SE CREA UNA CULTURA DE LA SOSPECHA DONDE NADIE CREE EN NADIE

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