La final entre el Honduras y Motagua

La ciudad de El Progreso vivirá una fiesta mañana por algo que hace un par de meses estaba en los cálculos de muy pocos. El Honduras Progreso había tenido una primera vuelta muy pobre en la que terminó en séptimo lugar con una de las dos peores defensas y uno de los equipos más derrotados; sin embargo, a partir de la contratación del entrenador Wilmer Cruz, el hombre que logró con ellos el ascenso a la primera división en 2014, el equipo tuvo un repunte que le permitió terminar no solamente en el cuarto lugar de la tabla de posiciones del torneo Clausura, sino además en el cuarto lugar de la tabla acumulada de posiciones de los torneos Apertura y Clausura. La segunda vuelta de los arroceros fue espectacular y finalizaron como líderes indiscutibles; sin embargo, en el repechaje y semifinales les tocó enfrentar a dos de los tres equipos más populares del país: Marathón y Olimpia, con el agravante que contra los blancos cerraron de visita y con el reglamento en contra. Motagua, su rival de mañana, consiguió desplazar en los últimos dos partidos de las vueltas regulares al Real España de la clasificación directa a semifinales y vienen de ganarles a los catedráticos que eran favoritos para disputar el título. El partido de mañana decidirá al campeón, ya que los locales podrían lograr como frente a Olimpia una ventaja de dos goles que es muy difícil de descontar a la vista de lo bien que se paró el Honduras jugando en la capital. Un empate en el partido de ida prácticamente le daría el título a los azules. Recordemos que estas dos escuadras protagonizaron la gran final de diciembre en 2015 con la diferencia que en aquella oportunidad el último juego fue en El Progreso. Los arroceros tienen más hambre de ganar como cualquier pequeña institución lo cual significa que están dispuestos a rifarse el físico, pero el Motagua ha demostrado ser en los últimos tres años el mejor equipo del país. También hay que considerar que los azules no les darán al Honduras las ventajas de poca velocidad que les dio el Olimpia en la parte defensiva, por lo que aparecen en la teoría como ligeramente favoritos frente a un club con el que nos encariñamos todos por su humildad y comportamiento poco ortodoxo a tal punto que se alimentan inadecuadamente y no necesitan concentrarse como los grandes para cumplir con sus objetivos.