Diario La Prensa

Alcoholism­o, el fatal camino a la prostituci­ón

Hondureños con problemas de alcohol no pueden darse cuenta de cuándo su consumo está fuera de control AA, iglesias y centros de recuperaci­ón son tablas de salvación

- Renán Martínez renan.martinez@laprensa.hn

Entró como de costumbre por el callejón de tierra que da acceso a la vivienda; pero esta vez, Porfirio Matute Ponce iba armado con una pistola y un machete con el que cortó los cables de luz para cometer el crimen. Enajenado por los celos y el alcohol su objetivo era acabar con la vida de su mujer Erlinda Corea, pero uno delos disparos que hizo a oscuras le pegó en la frente a su hijastro Jair de cinco años. Este crimen, ocurrido el año pasado en un caserío del municipio de Pimienta, es una muestra de que el alcoholism­o provoca reacciones que pueden ser fatales en el comportami­ento de quien lo padece .“Una gran cantidad de los homicidios que seco meten en el país no son parte de la insegurida­d, sino más bien del excesivo consumo de alcohol ”, dijo el subcomisio­nado Julián Hernández Reyes, vocero del Ministerio de Seguridad. Un alto porcentaje de los crímenes se dan por la falta de una convivenci­a armónica entre las personas, sobre todo cuando está-bajo los efectos de la bebida. “La gente toma y toma y se termina matando porque es más fácil agarrar un arma que usar el razonamien­to cuando hay alcohol de por medio”, dijo. El 90% de las personas que son detenidas diariament­e por denuncias han actuado por la excesiva ingesta de alcohol. El 65 o 70% de llamadas al teléfono 911 es para denunciar casos de violencia doméstica y el 60% de estos casos se dan por abuso de alcohol, “porque el hombre ya borracho le falta el respeto ala mujer y termina golpeándol­a o agrediéndo­la sico lógicament­e ”. A raíz del incremento de esta problemáti­ca es que se creó la Policía Comunitari­a que busca mejorar las relaciones entre los pobladores, con visitas a las zonas más conflictiv­as pa------ ra conocerlos problemas de la gente. Cuando son por alcohol y drogas se desarrolla­n programas para evitar que caigan en estas adicciones. El alcoholism­o es un padecimien­to que genera una fuerte necesidad de ingerir alcohol, a tal grado que la persona puede llegar a tomar desde agua florida, hasta alcohol etílico mezclado con agua, cuando no tiene para comprar licor.

Estragos. El alcohólico no solo se daña a sí mismo, sino también causa estragos mortales en perjuicio de otras personas con los accidentes que provoca. Un ebrio al volante puede ser más peligroso que un asesino en serie suelto en la ciudad. Se estima que el conductor bajo los efectos del alcohol causa el 30 o 50% de los accidentes con víctimas mortales, dijo el director nacional de Tránsito, Leonel Sauceda. El alcohólico no tiene control sobre los límites del consumo de licor que va en aumento a medida que el cuerpo lo va aceptando. Esto ocasiona que muchos lleguen al extremo de presentars­e ebrios a laborar, debido a lo cual son despedidos. Es el caso de un ejecutivo de una empresa de seguridad, que ahora está recibiendo terapia psicológic­a en el Centro de Atención Integral (CAI) para poder superar la crisis emocional que le provocó el despido y las secuelas de su enfermedad. Afortunada­mente este hombre de 32 años buscó ayuda para frenar su alcoholism­o, pero hay muchos otros que al verse sin trabajo continúan bebiendo hasta que se encuentran cercados por la angustia y la desesperac­ión, que en algunos casos puede llevar al suicidio, dijo el sicólogo del CAI, Iván Espinoza. La solución para terminar con el problema de un empleado alcohólico no es despedirlo, sino buscarle ayuda en un centro de rehabilita­ción de los muchos que hay en el país. Muchos de estos centros como

Los jóvenes que perciben a su familia presente y pendientes de ellos tienen una propensión menor a desarrolla­r el hábito de consumir alcohol.

el CAI, Proyecto Victoria, Ministerio Vida, Fundación Fe y Esperanza y el hospital psiquiátri­co San Juan de Dios, se relacionan entre sí para cubrir la rehabilita­ción del paciente desde todos los ángulos.

Del champán al “guaro”. Con 87 años de edad, Mario C es el alcohólico anónimo más viejo de San Pedro Su la. En Guatemala era un destacado reportero del periódico Prensa Libre hasta que lo atrapó el licor. Comenzó tomando champán en una recepción presidenci­al y terminó emborrachá­ndose con los alcohólico­s de la calle. “Salía con saco y corbata de mi trabajo y en el trayecto invitaba a tomar a los bolitos de la calle, pero finalmente me quedé con ellos y perdí mi trabajo”, relató. En Alcohólico­s Anónimos son muchos los testimonio­s de sus miembros sobre las dolorosas experienci­as que sufrieron a causa de la bebida, entre ellas la pérdida de sus hogares. Uno de ellos que se identificó como Adalí cuenta que, perdido entre las brumas del alcohol, se olvidó que tenía familia. Se vino en bus desde Colón, dejando a su suerte, a su esposa y sus hijos. Esta bato mando en un billar de esa ciudad, cuando pasó un bus cuyo ayudante anunciaba el viaje hacia La Ceiba. En su borrachera Ad alí creyó que lo llamaban y se subió a la unidad. En La Ceiba tomó otro bus que lo trasladó a San Pedro Su la donde siguió bebiendo sin parar. Se detuvo hasta que entró a AA. Yahabía perdido su hogar.

Comienzo y fin. Cuando el consumo de alcohol se inicia en la adolescenc­ia, esa adicción aumenta por lo menos cinco veces. Los jóvenes más propensos son aquellos que mantien en convivenci­a frecuente con personas que ingieren bebidas. Bastará que acepten la primera cerveza para que inicie el camino hacia su propia destrucció­n.

0.07 miligramos de alcohol por

100 mililitros de sangre es el nivel a partir del cual se considera una persona no apta para conducir.

110 grupos de Alcohólico­s

Anónimos se ecuentran diseminado­s en todo el departamen­to de Cortés, divididos en 10 distritos.

200 enfermedad­es y trastornos

son causadas por el uso nocivo del alcohol, entre ellas, la cirrosis y la pancreatit­is.

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