Entonces levantarás tu rostro

Cuando decidamos caminar por las sendas buenas y seguras de la vida, cuando dejemos de creer en cuentos de que otros arreglarán nuestras vidas y nos mostremos firmes y serenos, tal como nos corresponde ser y actuar. Presentamos a Frank, la persona con verdadera autoridad quien nos insta a estudiar y mostrar lo bueno y positivo. Frank: Yo nací en una familia acomodada y, estudié y me gradué con honores. Ya casado, muy joven y pleno de grandes planes políticos : me condujeron al hospital. Una junta de médicos, diagnosticó: Paraplejía irreversible. Como pude, en silla de ruedas y el rostro en llanto ; escapé de mi familia y me refugié en un albergue de recuperación en piscinas. Un bello amigo, al notar mi tristeza y desesperación, me habló de las cosas que de verdad valen en la vida, y que la gran nación necesitaba urgentemente un político bueno, y que yo, era el hombre. En la noche, declamé en voz alta todo el discurso de mi nuevo amigo. Al despertar, me apresuré a saludarlo. “Su amigo murió al amanecer “, me informaron en el albergue.En su honor, llamé en el acto a mi esposa y a toda mi bella familia, que lloraron de alegría y se abalanzaron a besarme y abrazarme. Acomodé y aceité mi amada silla de ruedas y, al instante, unido a la máquina de escribir que me obsequiara mi abuelo: inicié mi bello discurso de Incorporación al Liderazgo Político. Estamos hablando del más amado Presidente de Estados Unidos, único elegido a tres periodos: Franklin D. Roosevelt. MAX BALARIN