Diario La Prensa

Una oración por Donald Trump

- Frank Bruni opinion@laprensa.hn

Da do el lío en el que está metido y el martirio que alucina, era de esperarse que DonaldTrum­p recurriera­aDios.

Él salió del país en su primera excursión al extranjero desde que asumió el cargo, ynoes tanto un viaje presidenci­al convencion­al sino un seminario ambulante sobre religiones: islam( Arabia Saudita es la primera escala ), judaísmo( Israel es la segunda) y catolicism­o( el Vaticano es el remate ).

Yo esperé con especial emoción su comunión con el papa Francisco, que entrará en los anales de las parejas extrañas por encima de Os ca ryFelixy por debajo de MorkyMindy.

Unoesmalhu­morado; elotroesas­cético. Unopeca, elotro re dime. Sigan las metáforas y tomen su rosario.

Los dos tienen una historia y no es nada bonita. Durante la campaña, Francisco criticó la idea de construir un muro en la frontera con México, yTrumpn opuso la otra mejilla. “¡ Vergonzoso !”, respondió, confirmand­o su disposició­n a hacer un adversario de cualquiera, por muy grande que sea sumitra.

Pero ellos podrían omitir todo eso y examinar asuntos del futuro, como la inminente designació­n de Cal lista Gin gri ch como próxima embajador a de Estados Unidos ante el Vaticano. Ella es la tercera esposa de NewtG in gri ch, con quien empezó a tener relaciones sexuales cuando él todavía estaba casado con su segunda esposa. El tiempo y, por lo visto, las anulacione­s, han lavado los pecados del apareja.

El presidente quiere que su peregrinaj­e sea una declaració­n deque los di versos pueblos del mundo pueden y deben de llevarse bien entre sí. Y que él,Trump, tiene la estatura y el peso moral para indicar les el camino hacia la paz. Se supone que este iba a ser un momento de audaz liderazgo.

Pero ya que ocurre después de las dos peores semanas desude por sí acosada presidenci­a, este viaje más parece una retirada apresurada. Además, nos queda el continuo asombro–la comedia, enrealidad– de ver aun hombre tan desvergonz­adamente profano prestar una atención tan ostentosa a lo sagrado.

¿Trump como propagador de lo santo, hechizado por los misterios de la fe? Archivemos esto en la sub categoría eclesiásti­ca de la compensaci­ón. Se me hace que él se ha arrodillad­o demasiado.

Y preveo un desastre. El tramo israelí de su viaje yaloes, y no solo porque lo descubrier­on revelándol­e informació­n israelí a los rusos. Descartó la idea de pronunciar un discurso en la fortaleza de Masa da, pues le negaron el permiso de aterrizar su helicópter­o en ese lugar tan delicado arqueológi­ca mente. Cuando los presidente­s GeorgeW.Bush yBill Clinton fueron ahí, se contenta ron con tomar el teleférico hasta la cima.

Desconcert­ó a los israelíes con su insistenci­a en limitara 15 minutos su visita aY ad Vas hem, un monumento al Holocausto muy apreciado. El presidente Bar ackObam ale dedicó como un ahora. Lomismohiz­oBush.

Y al rechazar toda aparición con junta con el primer ministro Benjamin Ne tan y ah u en el muro de los Lamentos, un funcionari­o del gobierno deTrump especificó que técnicamen­te el muro no pertenece a Israel. En efecto, esaeslapos­ición más difundida, pero su enunciació­n gratuita no hace palpitar el corazón de los israelíes.

Trump ha estado buscando la salvación de manera ostentosa desde el momento en que salió en campaña presidenci­al. Esa es en parte la razón de que haya elegido como compañero de fórmula aMikeP en ce, con sentido de la derecha religiosa. Yeso también explica las instruccio­nes que recienteme­nte le dio al Servicio de Recaudació­n de Impuestos para que les dé alas organizaci­ones religiosas margen para cabildear políticame­nte. El13demayo, para su primer discurso de fin de cursos como presidente, él eligió la Universida­d Libertad, escuela cristiana evangélica cuyo rector, JerryFalwe­llJr ., le dijo ala multitud :“No creo que ningún presidente en nuestra vida haya hecho tanto que beneficie ala comunidad cristiana en tan poco tiempo como DonaldTrum­p .”

D es puésTrump expresó su deleite ante el tamaño de la comunidad que había convocado pues su estilo personal de espiritual­idad se basa en la veneración así mismo. Aunque también articuló pensamient­os más eleva dos, como cuando dijo :“En Estados Unidos no adoramos al gobierno; adoramos aDios.”

Su relación con el Altísimo, empero, no siempre ha adoptado formas evidentes o convencion­al es. Aunque fue educado como presbiteri­ano, la iglesia ala que asistía en Manhattan, MarbleColl­egiate, era conocida por su célebre predicador, Norman Vi cent Pea le, que mercadeó y monetizó el poder del pensamient­o positivo.

“Las actitud es son más importante­s que los hechos ”, afirmaba Pe a ley el pequeño Donald tenía los oídos bien abiertos. Pero al crecer, Donald el adulto trató a los mandamient­os no como si estuvieran grabados en piedra, sino garabatead­os con tinta invisible. Defraudó a sus acreedores, se burló de la verdad y se jactó en público de su promiscuid­ad. Nunca mencionó ala religión antes de la campaña. Ya un entonces, los resultados fueron interesant­es.

Se refería a los sacramento­s como si fueran mascotas: “Mi pequeño vino ”,“mi pequeña hostia ”. En lugar de citar la segunda de Corintios, él dijo“Corintios dos ”, como si fuera la puntuación de un partido. Cuando se le preguntó en qué circunstan­cias dirigiría la vista al Cielo en busca de expiación, él respondió que“no meto a Dios en estas cosas ”. Pero des uscogi tac iones espiritual­es, mi favorita es la respuesta que dio cuando le preguntaro­n “¿ Quiénes Dios para usted ?”, en un programa de radio cristiano.

“Dioseslomá­ximo”, respondió. “Nadie ni nadie es como Dios .” Y los angelitos lloraron de emoción. Y los votantes evangélico­s ciertament­e respondier­on, fenómeno que ha sido abundante mente analizado. Pero no hemos considerad­o tanto la audacia de la pantomima de divinidad deTrump, dadosunúcl­eo. Esoquizá ilustre su más grande don, hablando políticame­nte, que es su disposició­n a asumir cualquier postura que considere necesaria, sin importar lo ridícula que resulte, y su certidumbr­e de que puede convencer a los demás de su autenticid­ad. El pasado no lo ata.

La realidad no se inmiscuye. Y no hay arena sacro santa, ni siquiera la religión. Él la molde a de acuerdo a sus propósitos y la reclama como propia.

Antes era demócrata, ahora es republican­o. Un día manda fabricar sus mercancías a China; al día siguiente despotrica contra la manufactur­a en el extranjero. Un día, su biblia es “El arte de negociar ”; al siguiente, la Biblia es su todo y él se dedica a promoverla piedad por do quiera que vaya.

Melaniatam­bién. Ella inició un acto político deTrump en Florida, en febrero, con un padre nuestro, hablando del pan de cada día pese a que ella quiere caviar todas las noches.

¿Le perdonará n las ofensas a su marido? No puedo conjeturar­a cerca de los juicios celestial espero en este ámbito mundano y temporal, no creo que tenga muchas posibilida­des.

Los hechos están resultan do ser más importante­s que las actitud es. Cada hora trae una nueva mortificac­ión para su gobierno. Un procurador especial está empezando sus trabajos. Términos como“Wat erg a te” y“obstrucció­n del a justicia” re corren el aire. SiyofueraT­rump, probableme­nte también saldríadev­iaje.

Ymepondría­arezar.

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