APARECE EN EL ULÚA
MATAN A MAESTRA Y
La profesora Marisela Ávila impartía clases en una escuela de Santa Bárbara
SANTA BÁRBARA. El cadáver de la mujer que encontraron en las riberas del río Ulúa, en San Vicente Centenario, Santa Bárbara, era el de una reconocida maestra de educación primaria de este departamento. La víctima fue identificada por sus familiares como Marisela Ávila Enamorado (de 41 años), una destacada docente de cuarto grado de la escuela Agustina Vidaurreta, la más grande de este municipio. El martes pasado, el cuerpo de la profesora Marisela Ávila lo hallaron flotando en las orillas del río Ulúa.
La desaparición. El martes en horas de la mañana un grupo de campesinos encontró muerta a una mujer, cuyo cadáver estaba flotando en las aguas del río Ulúa. Nadie la reconoció ni habían reportes de desaparecidas, por lo que la Fiscalía realizó el levantamiento e ingresó el cuerpo como desconocido en la morgue de San Pedro Sula. En la escuela Agustina Vidaurreta se reportó que la maestra de cuarto grado Marisela Ávila Enamorado no llegó a trabajar ese día. Todos creían que estaba enferma, ya que era una docente muy puntual, pero tampoco llegó el miércoles y ahí fue cuando los profesores y la familia decidieron reportarla como desaparecida, pues no contestaba el celular y su casa estaba cerrada. La búsqueda empezó con agentes de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), quienes rastrearon todos los lugares, pero los familiares de Ávila decidieron ir a revisar las fotos de la mujer encontrada en el río y confirmaron lo que no querían, era el cuerpo de la profesora Marisela
En el río El cadáver de la maestra lo encontraron en las riberas del río Ulúa, en San Vicente Centenario, Santa Bárbara
Clases La profesora Maricela Ávila estaba desaparecida desde la tarde del lunes pasado, después que saliera de clases de la escuela.
Ávila, quien había desaparecido después de salir de clases el lunes anterior en la escuela, ubicada en el centro de la ciudad. Según el reporte forense, a la docente la mataron antes de lanzarla al río, ya que ella no murió por sumersión.
Escena en la vivienda. Cuando los agentes de la DPI entraron a la vivienda de la maestra fue una sorpresa. Todo estaba en orden, la cocina, cuartos, baños y la mesa donde Ávila trabajaba revisando las tareas de los hijos y planificando sus clases, pero a un lado de la sala algo raro pasó: estaban cinco sillas en forma de semicírculo, tres puros de tabaco largos en el centro, una cubeta a mitad de agua y una escoba parada a la par de la cubeta, además de cenizas de puro regadas desde el cuarto hasta la sala. Los agentes de investigación levantaron cada detalle que les conduzca a los supuestos asesinos de la profesora. El subcomisionado Marlon Miranda, jefe policial de Santa Bárbara, informó que ya giró una línea investigativa para dar con el paradero de personas que andan estafando y haciéndose pasar por trabajadores de magia negra que vienen a engañar a las personas de esta comunidad.