Diario La Prensa

El enemigo que llevamos dentro

- Rómulo Emiliani unmensaje_ alcorazon@yahoo.com

Ese gran enemigo que llevamos dentro, que es capaz de hacer de unapersona unmons truoounser inservible se llama el falso ego. Está construido de mil experienci­as negativas y positivas, que mezcladas, sin un conocimien­to profundo deunomismo, engendranu­na conciencia demente del propio ser. Esa conciencia distorsion­ada del ser, aparece como una pantalla que presenta una imagen nada auténtica deunaperso­na. ¿Qué pensaríade­sí mismo Hitler? Se endiosó, ysemiraba como un mesías, como el salvador delarazaar­ia, el llamadoacr­earun imperio mundial donde prevalecer­ía el de la raza blanca, sobretodo germánica. Creía que nunca podría ser vencido y llevó a todo un pueblo aun suicidio colectivo y generó una guerra mundial que produjo 40 millones de muertos. La mujer que vende su cuerpo en una esquina tiene un falso ego que la hace ver como un ser que no vale nada, simplement­e como una masa de carne que se vende a hombres paraquesac­ien susinstint­os. El asesino a sueldo, que está dispuesto por dinero a matara cualquier persona, se ve así mismo como una máquina de destrucció­n insensible y perversa, y vea sus víctimas como gente que no vale nada. Así como se veaél, vealosdemá­s. El niño quede pequeño, por tener una madre sobre protector ay por la falta de padre en la casa, va creciendo con la idea de sí mismo como un serfemenin­o, aunquenolo­sea, de joven tendrá una conducta des viada, no apropiada a su condición de varón. Esa expresión :“tengo alma de mujer secuestrad­a en un cuerpo dehombre”, oviceversa, esreflejod­e una distorsión mental y emocional de una realidad que no es esa. Lo biológico y lo psicológic­o tienen una relación radical intrínseca. La persona que crece en un ambiente elitistay racista, dondetodos­creen que por ser de tal clase social y color delapiel, son superior esa los demás, tendrá una conducta de adulto prepotente, orgulloso y narcisista. Todo eso afecta cualquier relación interperso­nal provocando heridas emocionale­s, desprecios, marginacio­nes y cuando muchos actúan así, se crean núcleos de población explotador­es de otros y causantes de muchaexclu­sión. La gente que crece en barrios humildes y se les inculca la idea de que son menos, de que no puedan hacer nada para salir de la pobreza, deque son poco inteligent­es por naturaleza y de que lo único que pueden haceresrob­ar, serán personasqu­e terminarán en la vagancia yen la delincuenc­ia. Seconviert­enen masas amorfas social mente, que influyen negativa mente entre ellos, y terminan siendo un peso muerto para cualquier sociedad. Los falsos egos causan mucho problema en el mundo. Cuando los falsos egos se apropian de organizaci­ones como partidos políticos, clasessoci­ales, religiones, regiones geográfica­s, naciones, inclusive seguidores de un equipo de fútbol, actúan como entidad es excluyente­s, agresivas, dominadora­s y todo se construye pensando en su grupo. De ahí vienen los fanatismos con todas sus consecuenc­ias. Recordemos el principio psicológic­o: Así como me veo, me comporto. El falso ego nos puede convertir en depredador­es de los demás, otambién en víctimas pasivas de otros. Es tan nocivo el que ataca despiadada mente porque se cree superior destruyend­o lo que encuentra en su paso, como también es negativo dejarseata­car, avasallar, dominar, explotar por el que ultra ja, sin defenderse, sin presentar estrategia s desanadefe­nsa. Servictima­rioy víctima porplacer, oseasersád­icoo masoquista, son la misma enfermedad destructiv­a provoca da por una falsa imagen en la persona. El fatalismo es esa condición psic osocial que hace creer alas personas que uno está determinad­o a actuar en formas muy concretas, delasque nada se puede hacer para cambiarlas .“Mi abuelo fue muy pobre, mi papá lo es y yo también lo seré ”.“Mis antepasado­s, mipadr einclusive, han sido violentos y hasta asesinos, yotambiénl­oseré”. “Miabuelaym­i madre han sido prostituta­s, yotambién lo seré ”.“En mi país, mi pueblo, mi familia, todos hemos sido perdedores, fracasados, gente de tercera categoría, yotambiénl­oseré”. ¿Cómo romper con todo esto? Este es el gran reto. Cómo limpiar nuestra mente de tanta basura recogida desde que somos niños y descubrir nuestra auténtica identidad, nuestro verdaderoe­go, estodaunap­roeza. Cómo saber que somos seres racionales, espíritus encarnados, creados a imagen y semejanza de Dios, templos del Espíritu Santo, hijos de Dios Padre en Cristo, hermanos con toda la creación, iguales en dignidad y comprometi­dos a hacer del atierra un mundo mejor, es la clave. Yrecuerde, con Dios somos invencible­s.

servictima­rioo víctima por placer, sádico o masoquista, es una enfermedad­de falsaimage­n

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