Oscuridad de la casa...
Llama la atención por qué una serie de personajes de la vida pública y privada, nacional e internacional de diversos países latinoamericanos, les interesa más el problema de Venezuela que el de sus propios países. Este país suramericano atraviesa una crisis, política y económica, pero deben ser los mismos venezolanos que deben buscarle una salida, pues son cuestiones internas, donde el presidente Nicolás Maduro fue elegido por el pueblo mediante el sufragio. Lamentablemente, la intervención de Estados Unidos en estos casos no ayuda a resolver la crisis, por el contrario, la azuza y la agudiza, pues se vuelve parcial al apoyar la oposición encabezada por ultraderechas, dirigidos por el frustrado excandidato presidencial Enrique Capriles, conserje de la embajada estadounidense. Los intereses que siempre le han preocupado a Estados Unidos es que Venezuela posee los mayores pozos petroleros de América y este “oro negro” es el producto más buscado por la potencia del norte. También otros países que conforman “la mara” que amenazan aún más la crisis venezolana al estar interviniendo en problemas internos de esa nación bolivariana. Pero el acabose, las declaraciones del presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, al decir que está preocupado por la crisis de Venezuela y que sugiere que se celebren elecciones presidenciales observables y transparentes para que se acabe esa crisis. Por eso hacemos este análisis de un gobernante que busca ilegalmente la reelección presidencial, provocando más crisis en lo político y económico, convirtiéndose en uno más de esos personajes que son oscuridad de la casa y candiles de la calle. En un país llamado Honduras.