Cuento chino, canal de Nicaragua
Los políticos suelen anunciar grandiosa sobras públicas que nunca llegan a concretarse, pero el presidente nicaragüense Daniel Ortega debería ingresar al LibroGu in ness de Récords por haber prometido uno de los mega proyectos más ambiciosos y sur realistas del mundo que probablemente nunca verán la luz del día. Hace cuatro años, Ortega hizo titulares en todo el mundo al anunciar que una firma china construiría un canal in ter oceánico de $40,000 millones en Nicaragua, que competiría con el Canal de Panamá y convertiría a Nicaragua en una línea oceánica clave a nivel mundial. En una acción que parecía saca da de una novela de realismo mágico de Gabriel G ar cíaMárquez, Ortega ordenó a suban cada mayoritaria en la Asamblea Nacional que aprobar a una“leyespecial” quebásicamente transfería la soberanía nacional por 50 años–con una opción de ser extendidos por otros 50 años–aun entonces misterioso empresario chino l lama doWangJing. La ley del 13 de junio de 2013 otorgaba ala compañía deWang (HKND) una concesión exclusiva para construir un canal in ter oceánico y siete proyectos relacionados, incluyendo puertos, aeropuertos y centros turísticos. La ley nicaragüense fue aprobada en cuestión de días, sin un referéndum ni un debate nacional. La ley aseguraba que el canal de Nicaragua haría crecer el producto interno bruto de Nicaraguaenun15% en 2016 y genera ría más de 550,000 empleos directo se indirectos. LaureanoOrtega, elhijo de 27 años del presidente, un cantante de ópera y asesor gubernamental, fue nombrado como el enlace del GobiernoconHKND. Wang fue a Nicaragua en 2013 y lanzó el proyecto junto con Ortega en una ceremonia que hizo grandes titulares en todo el mundo. En ese momento, había especulaciones generalizadas de que el gobierno chino estaba detrás deWang,y que China aumenta ría significativamente su influencia en América Latina controlando una de las principales vías marítimas del mundo. Ortega pintó el proyecto del canal como el cumplimiento de un sueño secular de Nicaragua .“Tanto tiempo nuestro pueblo yendo por el desierto, buscando la tierra prometida .¡ Llegó el día !¡ Llegó la hora de alcanzar la tierra prometida !”, dijo Ortega en la ceremonia de anuncio del canal, parado junto a quien llamó “hermano” Wang. A principios de esta semana, llamé a Carlos Fernando Cha morro, el director de la prestigiosa revista Confidencial, de Nicaragua, para preguntarle sobre el estado actual del canal in ter oceánico de Nicaragua. “No hay nada, absolutamente nada ”, me dijo Cha morro .“Ensancharon en un metro ese camino de tierra de 6 kilómetros, yesofuetodo. Elcamino sigue siendo de tierra ”. Afinalesde2015, Wangperdiógran parte de su fortuna cuando su empresa de tele comunicaciones Xinwei fue afectada por una fuerte caída en labolsadeHongKong, segúnBloomberg.com. Desdeentonces, HKND ha anunciado esporádica mente nuevos estudios de impacto ambiental, pero no hay construcción de canal ala vista. Ortega no ha hablado del “hermano”Wangnid el proyecto del canal en los últimos dos años, me dijo C ha morro.HKND recientemente apareció como patrocinador del“Festival Pucci ni” de ópera en Nicaragua. Allí se exhibió la ópera Tosca, coneltenor–yalohabrán adivinado– LaureanoOrtega.
Miopinión: toda esta historia sería un excelente guion para una película cómica, pero es un triste reflejo de un país asolado por la pobreza que es manejado como un feudo familiar por Ortega y su esposa. Como me dijo Chamorro, la conclusión es que no hay canal, y hay crecientes temores de un esquema de corrupción masiva. Hay temores de que Wang ahora pueda usar su concesión de 50 años para vender los derechos de puertos, aeropuertos y complejos turísticos, con cero beneficio para el pueblo nicaragüense. Sería un caso de estudio de cómo los regímenes autoritarios a menudo se convierten en los más incompetentes y los más corruptos.
Canalde niCaragua, exCelentede pelíCulade unrégimen autoritario, inCompetentey Corrupto