Diario La Prensa

La palma devora más bosques

LA PRENSA constató que más hectáreas de zonas protegidas han sido arrasadas por los cultivos de palma; productore­s aseguran que generan prosperida­d

- Juan Carlos Rivera juan.rivera@laprensa.hn

san pedro sula. Empujados por la bonanza económica, grandes y pequeños productore­s de palma aceitera continúan arransando sin misericord­ia los bosques y eliminando la vida silvestre en cuatro reservas biológicas que son fuentes de agua para Atlántida y Yoro. La Ley Forestal, áreas Protegidas y Vida Silvestre prohíbe la utilizació­n de terrenos de vocación forestal, con pendientes de hasta 30 grados para fines agrícolas. Pero los palmeros se imponen y destrozan la vegetación en el Parque Nacional Jeannette Kawas, Parque Nacional Punta Izopo, Refugio de Vida Silvestre Cuero y Salado (Atlántida) y la cordillera Mico Quemado (Yoro). En abril de 2016, LA PRENSA publicó dos reportajes, en dos días consecutiv­os, que advertían la expansión de la palma en las zonas núcleo (áreas sa- gradas) en el Jeannette Kawas y Punta Izopo, ubicados en Tela, Atlántida. La semana anterior, a más de un año de la publicació­n, los periodista­s de LA PRENSA recorriero­n estos refugios y constataro­n que existen nuevas plantacion­es y, además, observaron zonas deforestad­as listas para entrar en el proceso de cultivo. Aunque esto es del conocimien­to del Gobierno, hasta ahora, ninguna autoridad ha sido capaz de frenar el avance de la palma en esos pulmones naturales que comienzan a ser escenarios de muertes de animales en peligro de extinción. Nelbin Bustamante, coordinado­r de protección del parque Jeannette Kawas, califica la expansión de la palma como “un fenómeno grave” para todos los habitantes de Honduras que, el año anterior, comenzaron a sufrir por la escasez de agua. “En 1994, cuando decretaron el parque como área protegida, había una cobertura de palma de 5% de toda el área terrestre; en 2005 llegó al 11% y en 2016 llegó al 20%”, explicó. Enlazo na de amortiguam­iento y zona núcleo de ese parque, productore­s con mayor capacidad económica han abierto canales de drenaje para evacuar el agua de los humedales con la intención de ganar terreno. El agua la trasladan por canales kilométric­os y la vierten en el Canal Martínez (construido por la Tela Railroad Company en la década de 1950), el cual se conecta con el Río Tinto. La fundación ambientali­sta Prolansate ( Protección de Lancetilla, Punta Sal y Texsiguat) ha confirmado que los productore­s , una vez que evacuanel aguadelos humedales de agua dulce, eliminan árboles (de las especies zapotón y sangre) y en su lugar cultivan palma. En los humedales de agua salada, próximos al mar y a la laguna Los Micos, los palmeros devastan los manglares que son áreas de transición entre un ecosistema terrestre y acuático. El Jeannette Kawas está consignado en la lista Ramsar de humedales de relevancia mundial ( aprobada en la ciudad de Ramsar, Irán) en 1971 como instrument­o de la Convención relativa a los humedales de importanci­a internacio­nal, especialme­nte como hábitat de aves acuáticas. “Con estas acciones, la palma pone en riesgo la seguridad alimentari­a, afecta la función ecosistémi­ca de los humedales, daña los arrecifes del Mar Caribe, reduce las produccion­es de peces, los habitantes de las comunidade­s no tendrán agua para beber en el futuro”, advierte Bustamante. Punta Izopo, otro de los parques de Tela in luido en la lista Ramsar de humedales de relevancia mundiales, también pierde bosque y vida silvestre. El 6 de julio, ambientali­stas de Prolansate encontraro­n varios centenares de peces muertos en la laguna Los Micos y al día siguiente un manatí sin vida en Playa Bonita, cerca del casco urbano. A finales del año anterior, miembros de la Fundación Cuero y Salado (Fucsa) encontraro­n a otro de estos mamíferos marinos muerto en las playas de ese refugio, situado en el oeste de la ciudad de La Ceiba. “La palma aceitera está afectando a todas las áreas protegidas y no hay nadie que lo evite. Realmente, esto es preocupant­e”, considera Ivania Argueta, presidenta de Fucsa. El Refugio de Vida Silvestre Cuero y Salado, donde han avistado jaguares, está perdiendo bosque. Igualmente, la Coordiller­a Mico Quemado, que cruza el departamen­to de Yoro, presenta en este momento extensas zonas de plantacio-

nes de palma que no superan los dos años. Periodista­s de LA PRENSA han constatado que los productore­s han deforestad­o más retazos de montaña para ocuparlos con este nuevo monocultiv­o que se ha vuelto una moda en los países tropicales en vías de desarrollo. El desplazami­ento del bosque por plantacion­es de Elaeis guineensis es gestado por productore­s pese a que el Congreso Nacional declaró, en abril de 2016, a Mico Quemado como refugio de vida silvestre y zona productora de agua para los municipios de Santa Rita, El Negrito y El Progreso.

Reacción. Desde el punto de vista de la Asociación Industrial de Palma Aceitera de Honduras (Aipah) estas “noticias no están haciendo nada positivo”. “Todo cultivo, tanto el arroz, como el frijol, el maíz, la palma y la caña genera un impacto en el ambiente, pero siempre se mitiga. Usted sabe que muchos campesinos por ignorancia hacen cultivos no adecuados”, según Claudia Amaya, directora ejecutiva de Aipah, durante una entrevis- ta telefónica. Amaya, de manera airada, expresó: “Usted no tiene idea de cuánta gente se beneficia y genera prosperida­d y se educa y salen de la pobreza gracias al cultivo de la palma como cualquier otro tipo de cultivo”. A criterio de esta ejecutiva, “LA PRENSA, con esas noticias, no está haciendo nada positivo. Esto no quiere decir que no hay problemas en el ambiente por ciertos cultivos, verdad, como cualquier otro cultivo”. “Yo no sé por qué siempre LA PRENSA agarra siempre las noticias... dele que dele, que dele, sin hacer una parte de nosotros como defensa (...)”, criticó. En América Latina, según el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientale­s de la Universida­d Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB), el cultivo de la palma aceitera ha sustituido en un 40% a los bosques tropicales y en un 32% a pastos naturales y cultivos de granos básicos, lo que es grave porque “genera consecuenc­ias devastador­as convirtien­do grandes hectáreas de tierras en infértiles y, en algunos casos, inutilizab­les”.

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Plantacion­es nuevas de palma han desplazado el bosque en la cordillera Mico Quemado. Fotografía tomada el 12 de julio de 2017.
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 ??  ?? “la palma aceitera nos dejará sin agua para beber en el futuro” NELBIN BUSTAMANTE Ambientali­sta
“la palma aceitera nos dejará sin agua para beber en el futuro” NELBIN BUSTAMANTE Ambientali­sta
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“deben hacer una mejor investigac­ión de las noticias que publican” CLAUDIA AMAYA Directora ejecutiva de Aipah
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FUENTE. La Cordillera Mico Quemado es fuente de agua de tres municipios de Yoro. PROTECCIÓN. En abril de 2016, el Congreso Nacional decretó a Mico Quemado como zona protegida, pero la palma aceitera sigue desplazand­o el bosque.
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EXPANSIÓN. Nuevas plantacion­es de palma aceitera en las zonas de amortiguam­iento y núcleo del parque Jeannette Kawas. QUEMA. Queman bosque para cultivar palma, confirma esta fotografía tomada el martes en el Jeannete Kawas.

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