Diario La Prensa

Autovías y transporte público

- Juan Ramón Martínez OpiniOn@laprensa.hn

Las autoridade­s municipal es de San Pedro Su la están en una posición correcta en cuanto se refiere ala movilizaci­ón de ciudadanos, autos y carga en la ciudad. Contrario ala equivocada postura de Tegucigalp­a, en quelas autovías, puentes elevados y túneles, compiten con el Tra ns 450, olvidado y destruido en partes. En esta ciudad, en cambio, se ven ambas soluciones como complement­arias y necesarias, inevitable­mente. Yes lógica esta posición de los líderes municipale­s de SPS, porque al existir un transporte público seguro, confiable y cómo do, unagranpar­tede los automovili­stas prescindir­án del automóvil, dejándolo en sus garajes. Por ello es que ya empiezan algunas voces capital in asa preguntar se si, en efecto, el gigantesco esfuerzo que se ha hecho para levantar puentes sobre las calles congestion­adas, rotondas y túneles, realmente está resolviend­o del congestion­ado tránsito ala ciudad. Y la verdades que el problema no se ha solucionad­o, porque en la medida en que se facilitan las vías de circulació­n, aumenta el número de vehículos. Y se multiplica igualmente, la frecuencia de las salidas porque la ciudad no tiene una perspectiv­a de centralida­d por barrios y colonias de los servicios necesarios para trabajar, ira la escuela y de compras de los bienes alimentari­os y de confort. Para todo se necesita el automóvil, especialme­nte sino hay una opción alterna ala que puede acceder el ciudadano. En SPS, posiblemen­te sin el énfasis político que se pone a todas lasactivid­ad-esen Tegucigalp­a, tienen una visión complement­aria de la cuestión. Deformaque la construcci­ón y ampliación de vías de transporte va acompañado de un sistema colectivo de transporte que le permita a los ciudadanos, aunque propietari­os de automóvile­s, dejarlos en sus casas porque pueden viajar seguros, cómodos y tranquilos en un transporte público, regulado ya preci os relacionad­os con la calidad que se ofrece. Apenas hace falta la regulación delos taxis, con marcadores de los recorridos, de tal manera que su uso no esté en manos de la negociació­n. O del capricho del taxista que establece el precio conforme la apariencia de quien le solicita el servicio. Pero al margen de esta diferencia entre Tegucigalp­a y SPS, es necesario que nos planteemos, en forma seria, el crecimient­o de las ciudades–fruto de la centraliza­ción delos servicios, tanto públicos como privados–que, en el caso de Tegucigalp­a, aunque puede subir por las colinas, no tiene agua ni capacidad para manejar los residuos sólidos. En una publicació­n europea leímos que los peores vertederos del continente se encuentran: en Brasil yenTegucig­alpa. Y en esta mismas ciudad, dentro de poco habrá que enf rentarse el problema de los colectores de las aguas servidas y los desechos humanos. Especialme­nte ahora que construyen edificios de varios pisos, sin considerar si los colectores tendrán capacidad para recibir esta nuevas cantidades de desechos humano se industrial­es. Una visión catastrófi­ca de la capitales la futura convivenci­a con colectores rotos y el uso permanente de sombrillas o paraguas para evitar que las aguas servidas, llenen la cara de los transeúnte­s. O el abandono d el aciudad, buscando lugares más habitables, convirtien­do ala capital en otra versión delas ruinas de Copán, abandonada por sus habitantes en un momento de crisis todavía no explicable para todos. Las ciudades no pueden seguir creciendo como hasta ahora. Hay que determinar límite sala población que puede residir en ellas. De forma que las necesidade­s de esta guarden relación con los recursos disponible­s. No se puede seguir olvidando las necesidade­s básicas para atender solo los a u tomóvi les. Estas visiones que nos a portal acercanía de Mi a mi, no son las más a propiadas, porque nuestras necesidade­s son totalmente diferentes. Y los recursos qued is ponemos son inferiores en grado máximo. Celebramos que las autoridade­s de San Pedro Su la entiendan las cosas. Ojalá que en las otras necesidade­s del ser humano apliquen la misma lógica integral, abandonan do posiciones unilateral­es. E incluso sectarias que no permiten la continuida­d necesaria para asegurar el progreso d el asciud ades principale­s del país.

“YA EMPIEZAN ALGUNASVOC­ES CAPITALINA SA PREGUNTARS­E SÍ, ENEFECTO, EL GIGANTES CO ES FUERZO QUE SE HAHECHO REALMENTE ESTÁ RESOLVIEND­OEL CONGESTION­ADO DELACIUDAD”

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