Mercantilizar la educación
La educación pública hondureña ha enfrentado retos importantes en cuanto al avance de la misma, pero debo decir que no sé si es ver el lado positivo o ver el lado negativo en cuanto a estos avances. El discurso dilatorio de las autoridades de la educación pública en Honduras ahonda en vacíos y decaimientos en cuanto a sus ofertas mercantilistas, ya que este sistema se nutre de ideas neoliberales que “buscan mejoras en la educación”, sin pensar en el verdadero razonamiento lógico de una verdadera enseñanza. En Honduras muestran cifras de crecimiento y de avance en materia de educación, pero nunca vemos que las cifras de analfabetismo lleguen a cero, tal vez por el poco acceso a la misma o el poco beneficio que la misma da. Años de sacrificio de personas, que abandonan sus quehaceres de placeres por buscar una forma diferente de vivir y que solo la educación la puede ofrecer; esta queda en una utopía porque en nuestra actualidad nuestros gobernantes han hecho ver mal esta situación, ya que la mayoría de jóvenes que estudian están desempleados sin una oferta laboral o ningún espacio donde se pueda desarrollar. Puede ser que mi palabra sea equívoca, pero lo menciono porque si concatenamos la realidad de los profesionales se aleja la teoría de la praxis. Personas con altos grados de estudios se someten a trabajos que no van acorde a sus estudios y lo hacen por la necesidad de llevar la alimentación a su hogar. Tal vez si viéramos la educación como una necesidad se reflejaría un dinamismo diferente, pero no es así, se ve como una mercancía donde puedo obtener los mejores beneficios, ya que es como una feria o un carnaval, no se paga al ingresar a ella, pero se paga por los servicios que va a necesitar. Lo mismo pasa al ingresar a una institución pública, no se paga matrícula, pero se paga por los servicios que esta misma ofrece. Esta mentira debe acabar para mejorar el modus vivendi de la sociedad y entrar de forma igualitaria al acceso de la educación.