Diario La Prensa

Hallan ahogado al otro colegial

Maestra niega haberlos mandado a traer bambú al río

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SAN PEDRO SULA. “Te amo Carlitos, te amo Carlitos, no te quería ver así”, gritaba ayer en medio de su llanto Marcela Mencía al ver el cadáver de su hermano, el colegial Carlos Adolfo Mencía (14) a la orilla del río Chamelecón cerca de la aldea El Higuero de Choloma. El menor desapareci­ó el lunes en la tarde junto con su compañero David Alberto Contreras (13), cuyo cadáver fue encontrado el martes en el referido río a inmediacio­nes de La Lima. Los dos colegiales se ahogaron luego de que los maestros del Centro Básico José Castro López, de la aldea Chotepe del sector Chamelecón de San Pedro Sula, los mandaran junto con otros cinco estudiante­s a cortar bambú al río para hacer una champa en el centro educativo, según lo denunciado por sus familiares. El cadáver de Carlos Adolfo fue hallado por los bomberos a las 2:00 pm flotando en el río con un promontori­o de basura, unos dos kilómetros arriba de la aldea El Higuero. El cuerpo en estado de putrefacci­ón del menor fue sacado por los bomberos a la orilla del río, cerca de una de las carreteras que da acceso a la referida aldea. Hasta el lugar llegaron su madre María Elena Mencía y sus hermanas. “¡Consuélano­s Señor!, ¡por qué nos sucede esto, te amo Carlitos!, ¡te amo Carlitos, yo no quería verte así!”, gritaba en medio de su llanto Marcela Mencía, hermana del colegial, al ver su cadáver a la orilla del río. “Carlitos era talentoso para jugar y soñaba con ser un gran futbolista, y él me dijo la última vez: ‘Voy a ser un jugador famoso porque yo soy un goleador’, él me dijo eso”, expresó Marcela. “Señor yo acepto que me lo haya llevado, pero no así Señor”, dijo. La madre del menor Carlos Adolfo, María Elena Mencía, manifestó que “esperaba encontrarl­o con vida, pero le doy gracias a mi Padre porque le vamos a dar sepultura”. Al preguntarl­e qué pensaba de lo ocurrido con los maestros que mandaron a su hijo a traer bambú al río, contestó que “todo lo dejo en manos de Dios y él me tiene fortalecid­a”.

Entierran a David. A las 9:00 am de ayer fue sepultado en el cementerio La Piedad de Chamelecón el menor David Alejandro Contreras en medio del llanto y dolor de sus familiares, amigos y compañeros de colegio. El pequeño David fue llevado a su última morada con canciones evangélica­s interpreta­das por la banda de guerra del instituto donde estudiaba el octavo grado, al igual que su compañero Carlos Adolfo Mencía. “Tengo un dolor demasiado grande, tengo un vacío en mi corazón. Dios Santo, qué prueba la que nos diste”, expresaba Sarahí López, madre de David, llorando sobre el ataúd antes de que lo sepultaran. Compañeros de curso del menor dijeron que David y Carlos se metieron al río agarrados de otro “cipote más grande y el güirro los soltó para que se fueran solos y el río los arrastró”. Expresaron que la profesora guía de ellos Aracely Barahona les dijo que fueran a traer bambú para hacer la champa porque eso valía diez puntos en la materia que les imparte. La profesora Barahona dijo que ni ella ni ningún otro maestro mandó a traer bambú a los alumnos al río, y que se fueron sin permiso. “Yo en ningún momento ofrecí puntos a los alumnos por esa actividad”, dijo la maestra.

Sus sueños David Contreras soñaba con ser mecánico automotriz, y Carlos Adolfo Mencía quería ser un futbolista profesiona­l.

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