Diario La Prensa

Pronto, adiós

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Antes de que termine el año..., aseguran funcionari­os entre quienes algunos con expresión más definida señalan que en noviembre, lo más tarde, quedará libre, qué ironía, referir la libertad al presidio de San Pedro Sula. Este es aún el anhelo de la población que, por décadas, ha experiment­ado las perniciosa­s consecuenc­ias del reclusorio en el área urbana con viviendas adosadas, incluso, a los muros de la cárcel. Muchas promesas, muchas reuniones y quizás hasta recursos, pero nada, hasta que este gobierno en una primera prueba de su firme voluntad trasladó, y lo sigue haciendo, en un primer operativo a centenares de peligrosos reclusos. En esas tempranas horas de la mañana que hicieron historia comenzó, afortunada­mente, el fin del presidio sampedrano en cuyo interior se han desarrolla­do escenas de terror, se protagoniz­aron tragedias, se sellaron acuerdos de corrupción y, lo que es más grave, barrios y colonias del sector fueron víctimas de los graves disturbios y enfrentami­entos internos a causa del hacinamien­to y las condicione­s inhumanas en la que sobrevivía­n los reos. El programa de traslados se va cumpliendo según lo previsto, lo cual es una muestra de que las palabras en momentos dramáticos, como aquellas “en este mes habrá decisiones”, no llegaron en un década, pese a que las condenas de organismos internacio­nales han dado paso a acciones firmes para solucionar un gravísimo y viejo problema. Faltan unas semanas, pocos meses para que quienes hablaron desde la necesidad cumplan, haciendo lo que tienen que hacer. Hay que esperar, sin embargo, el “día después” y de ello están consciente­s los gobiernos central y local así como la población que espera el aprovecham­iento del terreno para el embellecim­iento de la ciudad y para el provecho de las personas, de manera que mejore la calidad de vida de quienes por décadas han sufrido las consecuenc­ias del abandono no solo del presidio, sino incluso de la seguridad en miles de hogares. “Hasta ahora no sabemos qué proyecto será desarrolla­do una vez que sea cerrado el centro penal. Se están valorando opciones para el mejor uso y beneficio de los sampedrano­s”, explica una fuente oficial. El último trimestre del año está próximo y en él se concretará uno de los anhelos y sueños de los sampedrano­s, la desaparici­ón de presidio y la recuperaci­ón de un espacio que ojalá sea para esparcimie­nto y convivenci­a de vecinos y visitantes.

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