La bendición no tiene precio

Todo en esta vida tiene un precio, sin raza ni distinción si tienes el dinero lo puedes pagar; pero hay algo mayor que el dinero común que no puede pagar, y es “LA BENDICION DE DIOS”, que pasa de persona a persona, de generación a generación. Pude hablar en una oportunidad con un rabino en Israel y me dijo: “Cada atardecer del viernes he recibido bendición o he otorgado la bendición”; estas bendiciones no caen del cielo, son otorgadas cuando una persona común, pero humilde, reconoce a Dios y su Palabra, y la autoridad delegada por Dios es aceptada por la fe que recibe. La bendición más preciada por el Padre Celestial es la dada mediante la redención de nuestro Señor Jesucristo, su Hijo y nuestro Salvador; si usted lo cree esa bendición de Dios es creativa, progresiva y dimensiona su vida a otro nivel. “Es pues la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” Hebreos 11:1; muchos tienen fe en Dios y la diferencia es creer que Dios lo hará por medio de nosotros, ya que cada uno tiene esa medida de fe; “Jesús dijo: sí puedes creer; al que cree todo le es posible” Marcos 9:23. No permita la mentira ni el engaño de que usted no tiene fe, la Biblia dice que a todos Dios nos ha dado la medida de fe, Romanos 12:3; es tiempo de recibir esa bendición de Dios mediante la fe, pero es necesario que el hombre actué en fe; el problema de la gran mayoría es que al no ver una respuesta inmediata se desaniman, no resisten y no perseveran. Las demoras de Dios nunca son negativas. “Aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará; recuerde, más el justo por su fe vivirá” (Habacuc 2:3-4). Dios hace mejor las cosas en su tiempo, ya que él le introduce en su propia temporada; es tan grande el valor de la bendición de Dios, la fe en Dios es tan poderosa que puede hacer que Dios cambie de opinión.