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OLANCHO. La Policía arrestó a un sospechoso y lo remitió a los tribunales de justicia
TEGUCIGALPA. Los cadáveres de Wilmer Alexis Ramírez López (de 38 años) y de Santos Alberto Lagos fueron ingresados ayer en la morgue capitalina, procedentes de Olancho. Ellos perecieron en la masacre ocurrida la tarde de este jueves en la comunidad de Campamento Nuevo, Río Blanco, en Catacamas, Olancho, junto a Silax Antonio Maradiaga (de 34) y José Antonio Chavarría (de 36). Los cuerpos fueron trasladados hasta Tegucigalpa a petición de los parientes, quienes son procedentes del municipio de Texíguat, El Paraíso. A la morgue llegaron parientes de Ramírez López, pero no de Lagos. Hasta el momento se desconoce el motivo por el cual las cuatros personas fueron asesinadas. Un informe pre- liminar de la Policía Nacional dice que el cuádruple crimen ocurrió cuando en la comunidad se celebraba un culto religioso. Momentos después de haber iniciado el evento se escuchó una ráfaga de disparos en donde perecieron Wilmer y Santos Alberto. Las otras dos personas resultaron heridas y fueron trasladadas al hospital Santo Hermano Pedro en Catacamas, adonde murieron horas después. Se establece que una de las causas de la masacre es un pleito familiar con una de las personas ahora muertas. El viernes pasado, los agentes de la Dirección Policial de Investigaciones capturaron a uno de los supuestos responsables del crimen. El sospechoso es Álvaro Esteban Torres (de 20), a quien se le hará el respectivo proceso para confirmar o descartar su participación en el hecho. Torres ya fue presentado a las autoridades judiciales correspondientes.