Como potencia nuclear
El pasado martes, Corea del Norte lanzó un misil que sobrevoló Japón y cayó en el Pacífico, algo que no ocurría desde 2012, ya que cruzó el territorio de otro país y dada la distancia recorrida por el proyectil. El 12 de diciembre de 2012, un cohete pasó sobre Okinawa, pero Japón decidió no derribarlo. Corea del Norte declaró que había puesto en órbita un satélite. Estados Unidos confirmó que un objeto fue puesto en el espacio. Corea del Sur, Estados Unidos y otras naciones advirtieron que el lanzamiento constituía una prueba de tecnología de misiles de larga distancia, pues la tecnología básica era la misma. El 29 de agosto de 2017, un misil voló unos 2,700 kilómetros y alcanzó una altitud máxima de unos 550 kilómetros. Cruzó los cielos de la isla de Hokkaido, en el norte de Japón, y cayó al mar, a unos 1,200 kilómetros de ese territorio. El ministro portavoz del Gobierno japonés, Yoshihide Suga, aseguró que tienen desplegadas en el territorio varias baterías para interceptar misiles, pero que no intentaron derribar el misil. Según Kim Jong-un: “Es necesario seguir adelante con los trabajos que pongan nuestra fuerza estratégica sobre una base moderna mediante más ejercicios de lanzamiento de cohetes balísticos con el Pacífico como objetivo”. Los líderes de Japón y Corea del Sur, Shinzo Abe y Moon Jae-in, acordaron incrementar la presión sobre Corea del Norte hasta “un nivel extremo” y buscar nuevas sanciones “más efectivas y específicas”. Por otra parte, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, prometió “una respuesta necesaria” al último lanzamiento, pero pidió “consenso” para aprobar nuevas sanciones económicas. Corea del Norte quiere sentarse como potencia nuclear.