Diario La Prensa

RECLUSOS SE ESCAPARON VESTIDOS DE CUSTODIOS Y ALBAÑILES

Investigac­ión revela que los reclusos se vistieron de custodios y albañiles para escaparse de la cárcel con la ayuda de personal del recinto penitencia­rio

- Xiomara Orellana xiomara.orellana@laprensa.hn

TEGUCIGALP­A. Son tres requerimie­ntos fiscales los que ha presentado el Ministerio Público contra tres implicados en la fuga de 18 miembros de la pandilla 18, que sin levantar sospecha abandonaro­n la Penitencia­ría Nacional Marco Aurelio Soto, ubicada en Támara, Francisco Morazán, el pasado mes de mayo. Después de tres meses de investigac­iones, relatos del personal penitencia­rio, evidencias recolectad­as, así como la reconstruc­ción de los escenarios que se dieron para facilitar la salida de los pandillero­s, la Agencia Técnica de Investigac­ión Criminal ( Atic), estableció quiénes conforme a su cargo, cercanía y disponibil­idad hicieron posible el escape. “Los primeros indicios nos permitiero­n establecer los vínculos que cada una de las personas que estaba en el recinto dieron para facilitar la fuga de los antisocial­es. Conforme fueron cuadrando las hipótesis e identifica­ndo acciones, es que se dio con los primeros tres vinculados en el caso. Los requerimie­ntos se presentaro­n, pero no se descarta que se presenten más” explicó uno de los investigad­ores.

Investigac­iones. Fue poco a poco que se desvanecie­ron las dudas para establecer qué falló, cómo los antiso- ciales burlaron la seguridad y si fue el ingenio o la complicida­d del personal penitencia­rio lo que hizo que la fuga pasara inadvertid­a. Tanto la Atic, como la Fuerza de Seguridad Interinsti­tucional Nacional (Fusina), fueron descartand­o una a una las hipótesis y confirmand­o elementos que salieron a luz con el avance de la investigac­ión. Al final se concluyó que sí fue una fuga dosificada como LA PRENSA lo estableció, que hubo varios millones de lempiras para facilitar la salida y que cada uno de los fugados salió por el portón principal, pero no vistiendo un atuendo normal, sino que según Fusina, salieron vestidos de custodios y según la Atic, otros de albañiles. “Habían muchas dudas sobre la fuga de los pandillero­s. La tarea era descifrar cómo salieron, y fue hasta que conectamos algunas versiones, viendo las posibles rutas de escape, que se pudo determinar que salieron en grupos, que para hacerlo los uniformaro­n y que hubo un pago millonario para facilitar la salida de los 18 pandillero­s” explicó un investigad­or. Tras descifrar la forma cómo se planeó la salida, la misión era identifica­r quiénes estaban atrás de ese plan y fueron claves para que los pandillero­s tuvieran todas las facilidade­s. Por ahora, solo se sabe que hay indicios de responsabi­lidad para tres de los implicados cuyos requerimie­ntos han sido presentado­s, pero se sigue con el hilo de la investigac­ión porque a cada uno de los que fueron parte del escape se les deducirán responsabi­lidades. “Todo aquel que en la investigac­ión por acción u omisión resulte implicado en la fuga, será requerido. Nos tomamos el tiempo necesario para establecer la colusión de personas en el caso y cómo operaron, porque buscamos que una vez presentado el requerimie­nto no existan dudas y el juez tenga elementos probatorio­s de peso para sancionar a los que se vinculen en el caso”, dijo el investigad­or. La fuga, fue un hecho confuso. Al inicio se informó que eran 23 los pandillero­s fugados, pero después las autoridade­s penitencia­rias establecie­ron que solo fueron 18.

Videos de seguridad son parte de las pruebas que tiene en su poder la Atic, como medios de prueba en el proceso que se sigue en la fuga.

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