El ocio beneficia la salud de las personas
ADEMÁS
Las personas que trabajan más de 55 horas a la semana, tienen un 33% de sufrir un infacto, según un estudio
“No tengo vida” y “necesito desesperadamente unas vacaciones” son dos de las frases que con más frecuencia tuitean los famosos y los personajes públicos. Pero ojo: no se trata de una queja, sino más bien de un alarde de agenda. Silvia Bellezza, investigadora de la Universidad de Columbia ( EUA), denomina este tuiteo como humblebragging, un término anglosajón acuñado hace poco para aludir a la falsa modestia de las celebrities. Sin embargo, la carencia de tiempo libre se ha convertido en algo de lo que presumir, con independencia de si se es popular o no. “Si alguien nos pregunta ‘¿cómo estás?’, ya es raro que contestemos ‘bien, gracias’; solemos responder con un ‘¡ocupado!”, asegura Bellezza. Por eso hace un año inició una investigación para averiguar si vivir con la agenda tan a rebosar influye positivamente en cómo nos ven los demás. La conclusión fue un rotundo sí. Han quedado atrás los días en los que vivir ocioso, sin nada que hacer excepto disfrutar del tiem-
po libre, era sinónimo de alto estatus; ahora despiertan admiración las personas super ocupadas. “En Estados Unidos gozan de más prestigio las personas que trabajan todo el tiempo y no tienen ni un momento de respiro”, explica Bellezza. “Cuanto más se asienta la creencia de que el trabajo duro es lo que nos da opciones de prosperar y ascender en el escalafón social, más valoramos a quienes renuncian al tiempo libre y trabajan a todas horas”, añade. Según la investigadora, “percibimos que las personas muy ocupadas poseen dos rasgos humanos claves y envidiables: son ambiciosas y
competitivas”. Y claro está: queremos parecernos a ellas. La paradoja es que ese ritmo de vida a ful que veneran las sociedades occidentales tiene consecuencias negativas para la salud. No disponer de tiempo libre nos aleja bastante de lo que entendemos por bienestar. Entre otras cosas, porque el corazón se resiente cuando nos hundimos bajo montañas de trabajo. Un reciente estudio británico basado en más de un millón de trabajadores reveló que las personas que trabajan más de 55 horas semanales tienen un 33% más de riesgo de sufrir un infarto que quienes se limitan a una vida laboral de 35 ó 40 horas a la semana.